¿ES POSIBLE EL CONOCIMIENTO?
ESCEPTICISMO RADICAL.
Gorgias (sofista) desconfía de
poder alcanzar un conocimiento verdadero. “Nada existe, si algo existiera no lo
podríamos conocer, y aunque algo existiera y lo pudiéramos conocer, no lo
podríamos comunicar.” ≈ única posición honrada “la epojé”, es decir, suspender
el juicio.
Esta postura puede conducir a:
parálisis intelectual y desorientación moral.
ESCEPTICISMO MODERADO.
Hume centra su crítica en la
relación causa-efecto. Esta relación es corroborada por ninguna experiencia
concreta. Por lo tanto, nuestro conocimiento se convierte en cuestión de
creencia. Creemos que ocurrió en el pasado, seguirá sucediendo en el futuro.
Nuestro conocimiento se limita a
fenómenos que se manifiestan en los sentidos y nuestras afirmaciones sobre el
mundo son producto de nuestra imaginación.
DOGMATISMO RADICAL
Tiene confianza ilimitada en la
posibilidad de conocer. El hombre dogmático identifica el conocimiento con su
percepción subjetiva. Sólo admite como válida su visión de las cosas.
Peligros: error, prejuicios,
intolerancia, impide la ciencia.
DOGMATISMO MODERADO.
Tiene una confianza razonada en
las capacidades humanas para lograr cierto saber sobre el mundo.
No es contrario a la actitud
crítica sino que se funda en ella como base del conocimiento.
Descartes busca un punto de
partida firme que permita alcanzar la verdad por sí misma independientemente de
la autoridad o enseñanzas recibidas. Propone la duda para alcanzar un
conocimiento cierto a modo de axioma. “Pienso, luego existo”, verdad indudable,
clara y distinta.
LA ACTITUD CRÍTICA
Es una actitud de cautela a la
hora de admitir como cierto cualquier conocimiento. La actitud crítica exige
distanciarse de la actitud natural que consiste en aceptar por verdadero lo que proviene de los
sentidos.
La actitud crítica tiene que ser
radical, es decir, examinar hasta la propia razón a pesar de ser el único
instrumento adecuado para conocer.
LA ACTITUD FILOSÓFICA ANTE EL CONOCIMIENTO.
TEXTO 1: Si un individuo cree de hecho todas y sólo las ideas en que le resulta racional creer, o al menos, está siempre dispuesto a modificar su sistema de creencias en tal sentido, diremos de él que es racional en sus creencias. Si cree más ideas que las que racionalmente puede creer, diremos que es un dogmático; si cree menos, un escéptico.
J.Mosterín, Racionalidad y acción humana
TEXTO 2: Pues bien, desde ahora decimos que el fin del Escepticismo es la serenidad de espíritu en las cosas que dependen de la opinión de uno, y el control del sufrimiento en las que se padecen por necesidad.
TEXTO 3: Estamos determinados sólo por la costumbre a suponer que el futuro es conformable al pasado. Cuando veo una bola de billar moviéndose hacia otra, mi mente es inmediatamente llevada por el hábito al usual efecto, y anticipa mi visión al concebir a la segunda bola en movimiento. No hay nada en estos objetos, abstractamente considerando, e independientemente de la experiencia, que me lleve a formar una tal conclusión; e incluso después de haber tenido experiencia de muchos efectos repetidos de este género, no hay argumento alguno que me determine a suponer que el efecto será conformable a la pasada experiencia. Las fuerzas por las que operan los cuerpos son enteramente desconocidas. Nosotros percibimos sólo sus cualidades sensibles, y, ¿qué razón tenemos para pensar que las mismas fuerzas hayan de estar siempre conectadas con las mismas cualidades sensibles?
D. Hume: Compendio de un tratado de la naturaleza humana
TEXTO 4: La actitud crítica no “elimina” nuestra visión natural del mundo, sino que esta pura visión natural o espontánea de nuestro conocer adquiere dimensiones y perfiles de rigor susceptibles de muy diversas vías de justificación. En la actitud crítica no nos basta simplemente con conocer y saber que conocemos, sino que la actitud crítica ha de comenzar por formularse estas preguntas fundamentales: qué significa conocer, qué valor tiene el conocimiento, qué seguridad puedo llegar a tener en la posesión de mis conocimientos.
La actitud crítica ha de empezar por ser una actitud de precaución por la virtud de la cual yo no admita nada que no esté justificado en sí o en sus fundamentos. El término de esta actitud inicial de precaución será una actitud de serena valoración, que no tiene modo alguno por qué conducir al escepticismo.
S. Rábade Romeo, Estructura del conocer humano
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