domingo, 28 de febrero de 2016

TRABAJO PRÁCTICO 3. APOLOGÍA DE SOCRATES

TRABAJO PRÁCTICO N°3 APOLOGÍA DE SÓCRATES.
PRIMER DISCURSO.

Yo no sé, atenienses, la impresión que habrá hecho en vosotros el discurso de mis acusadores. Con respecto a mí, confieso que me he desconocido a mí mismo; tan persuasiva ha sido su manera de decir. Sin embargo, puedo asegurarlo, no han dicho una sola palabra que sea verdad.
Pero de todas sus calumnias, la que más me ha sorprendido es la prevención que os han hecho de que estéis muy en guardia para no ser seducidos por mi elocuencia.
Porque el no haber temido el mentís vergonzoso que yo les voy a dar en este momento, haciendo ver que no soy elocuente, es el colmo de la impudencia, a menos
 no llamen elocuente al que dice la verdad. Si es esto lo que pretenden, confieso que soy un gran orador; pero no lo soy a su manera; porque, repito, no han dicho ni una sola palabra verdadera, y vosotros vais a saber de
mi boca la pura verdad, no ¡por Júpiterl en una arenga vestida de sentencias brillantes y palabras escogidas, como son los discursos de mis acusadores, sino en un lenguaje sencillo y espontáneo; porque descanso en la confianza
de que digo la verdad, y ninguno de vosotros debe esperar otra cosa de mí. No sería propio de mi edad, venir, atenienses, ante vosotros como un joven que hubiese preparado un discurso.
Por esta razón, la única gracia, atenienses, que os pido es que cuando veáis que en mi defensa emplee términos y maneras comunes, los mismos de que me he servido cuantas veces he conversado con vosotros en la plaza

pública, en las casas de contratación y en los demás sitios en que me habéis visto, no os sorprendáis, ni os irritéis contra mí; porque es esta la primera vez en mi vida que comparezco ante un tribunal de justicia, aunque cuento más de setenta años.Por lo pronto soy extraño al lenguaje que aquí se habla.Y así como si fuese yo un extranjero, me disimularíais que os hablase de la manera y en el lenguaje de mi país, en igual forma exijo de vosotros, y creo justa mi petición, que no hagáis aprecio de mi manera de hablar, buena ó mala, y que miréis solamente, con toda la atención posible, si os digo cosas justas ó no, porque en esto consiste toda la virtud del juez, como la del orador: en decir la verdad. Es justo que comience por responder á mis primeros acusadores, y por refutar las primeras acusaciones, antes de llegar á las últimas que se han suscitado contra mí. Porque tengo muchos acusadores cerca de vosotros hace muchos años, los cuales nada han dicho que no sea falso.
Temo más á estos que á Anito y sus cómplices, aunque sean estos últimos muy elocuentes; pero son aquellos mucho más temibles, por cuanto, compañeros vuestros en su mayor parte desde la infancia, os han dado de mí muy malas noticias, y os han dicho, que hay un cierto Sócrates, hombre sabio que indaga lo que pasa en los cielos y en las entrañas de la tierra y que sabe convertir en buena, una mala causa.
Los que han sembrado estos falsos rumores son mis más peligrosos acusadores, porque prestándoles oidos, lleganlos demás a persuadirse que los hombres que se consagran
a tales indagaciones no creen en la existencia de los dioses. Por otra parte, estos acusadores son en gran número, y hace mucho tiempo que están metidos en esta trama. Os han prevenido contra mí en una edad, que ordinariamente es muy crédula, porque erais niños la mayor parte ó muy jóvenes cuando me acusaban ante vosotros en plena libertad, sin que el acusado les contradijese ; y lo más injusto es que no me es permitido conocer
ni nombrar á mis acusadores, á excepción de un cierto autor de comedias. Todos aquellos que por envidia o por malicia os han inoculado todas estas falsedades, y los que, persuadidos ellos mismos, han persuadido a otros, quedan ocultos sin que pueda yo llamarlos ante vosotros ni refutarlos; y por consiguiente, para defenderme, es preciso que yo me bata, como suele decirse, con una sombra, y que ataque y me defienda sin que ningún adversario aparezca.Considerad, atenienses, que yo tengo que habérmelas con dos suertes de acusadores, como os he dicho los que me están acusando ha mucho tiempo, y los que ahora me citan ante el tribunal; y creedme, os lo suplico , es preciso que yo responda por lo pronto á los primeros, porque son los primeros a quienes habéis oido y han producido en vosotros más profunda impresión. Pues bien, atenienses, es preciso defenderse y arrancar de vuestro espíritu, en tan corto espacio de tiempo,
una calumnia envejecida, y que ha echado en vosotros profundas raíces. Desearla con todo mi corazón, que fuese en ventaja vuestra y mia, y que mi apología pudiese servir para mi justificación. Pero yo sé cuan difícil es esto,
sin que en este punto pueda hacerme ilusión. Venga lo que los dioses quieran, es preciso obedecer a la ley y defenderse.
Remontémonos, pues, al primer origen dé la acusación, sobre la que he sido tan desacreditado y que ha dado a Melito confianza para arrastrarme ante el tribunal. ¿Qué decian mis primeros acusadores? Porque es preciso presentar en forma su acusación, como si apareciese escrita y con los juramentos recibidos. «Sócrates es un impío; por una curiosidad criminal quiere penetrar lo que pasa en los cielos y en la tierra, convierte en buena una mala causa, y enseña á los demás sus doctrinas. Hé aquí la acusación; ya la habeis visto en la comedia
de Aristófanes, en la que se representa un cierto Sócrates, que dice, que se pasea por los aires y otras extravagancias semejantes, que yo ignoro absolutamente; y esto no lo digo, porque desprecie esta clase de conocimientos; si entre vosotros hay alguno entendido en ellos (que Melito no me formule nuevos cargos por esta concesión), sino que es sólo para haceros ver, que yo jamás me he mezclado en tales ciencias, pudiendo poner por testigos a la mayor parte de vosotros.
Los que habéis conversado conmigo, y que estáis aquí en gran número, os conjuro á que declaréis, si jamás me oísteis hablar de semejante clase de ciencias ni de cerca ni de lejos; y por esto conoceréis ciertamente, que en todos esos rumores que se han levantado contra mí. no hay ni una sola palabra de verdad; y si alguna vez habéis oído, que yo me dedicaba á la enseñanza, y que exigía salario, es también otra falsedad. No es porque no tenga por muy bueno el poder instruir a los hombres, como hacen Gorgias de Leoncio, Prodico de Ceos é Hippias de Elea. Estos grandes personajes tienen el maravilloso talento, donde quiera que vayan,
de persuadir ¿ los jóvenes á que se unan á ellos, y abandonen sus conciudadanos, cuando podrían estos ser sus maestros sin costarles un óbolo. Y no sólo les pagan la enseñanza, sino que contraen con ellos una deuda de agradecimiento infinito. He oído decir, que vino aquí un hombre de Paros, que es muy hábil; porque habiéndome hallado uno de estos dias en casa de Calilas hijo de Hiponico, hombre que gasta más con los sofistas que todos los ciudadanos juntos, me
dio gana de decirle, hablando de sus dos hijos:—Calilas, si tuvieses por hijos dos potros ó dos terneros, ¿no trataríamos de ponerles al cuidado de un hombre entendido, a quien pagásemos bien, para hacerlos tan buenos y hermosos, cuanto pudieran serlo, y les diera todas las buenas cualidades que debieran tener? ¿Y este hombre entendido no debería ser un buen picador y un buen labrador? Y puesto que tú tienes por hijos hombres, ¿qué maestro has resuelto darles? ¿Qué hombre conocemos que sea capaz de dar lecciones sobre los deberes del hombre y del ciudadano? Porque no dudo que hayas pensado en esto desde el acto que has tenido hijos, y conoces a alguno?—Sí, me respondió Calilas.—¿Quién es, le repliqué, de dónde es, y cuánto lleva?—Es Éveno, Sócrates, me dijo; es de Paros, y lleva cinco minas. Para lo sucesivo tendré a Éveno por muy dichoso, si es cierto que tiene este talento y puede comunicarlo á los demás. Por lo que á mí toca, atenienses, me llenaría de orgullo y me tendría por afortunado, si tuviese esta cualidad, pero desgraciadamente no la tengo. Alguno de vosotros me dirá quizá:—pero Sócrates, ¿qué es lo que haces? ¿De dónde nacen estas calumnias que se han propalado
contra tí? Porque si te has limitado a hacer lo mismo que hacen los demás ciudadanos, jamás debieron esparcirse tales rumores. Dinos, pues, el hecho de verdad, para que no formemos un juicio temerario. Esta objeción me parece justa. Voy á explicaros lo que tanto me ha desacreditado y ha hecho mi nombre tan famoso. Escuchadme, pues. Quizá algunos de entre vosotros creerán que yo no hablo seriamente, pero estad persuadidos de que no os diré más que la verdad, La reputación que yo haya podido adquirir, no tiene otro origen que una cierta sabiduría que existe en mí. ¿Cuál es esta sabiduría? Quizá es una sabiduría puramente humana, y corro el riesgo de no ser en otro concepto sabio, al paso que los hombres de que acabo de hablaros, son sabios, de una sabiduría mucho más que humana. Nada tengo que deciros de esta última sabiduría, porque no la conozco, y todos los que me la imputan, mienten, y sólo intentan calumniarme. No os incomodéis, atenienses, si al parecer os hablo de mí mismo demasiado ventajosamente; nada diré que proceda de mí, sino que lo atestiguaré con una autoridad digna de confianza. Por testigo de mi sabiduría os daré al mismo Dios de Belfos, que os dirá si la tengo, y en qué consiste. Todos conocéis a Querefon, mi compañero en la infancia, como lo fué de la mayor parte de vosotros, y que fué desterrado con vosotros, y con vosotros volvió. Ya sabéis qué hombre era Querefon, y cuan ardiente era en cuanto emprendía. Un dia, habiendo partido para Delfos, tuvo el atrevimiento de preguntar al oráculo (os suplico que no os irritéis de lo que voy a decir), si habia en el mundo un hombre más sabio que yo; la Pythia le respondió, que no habia ninguno. Querefon ha muerto, pero su hermano, que está presente, podrá dar fe de ello. Tened presente, atenienses , porque os refiero todas estas cosas; pues es únicamente para haceros ver de donde proceden esos falsos rumores, que han corrido contra mí.
Cuando supe la respuesta del oráculo, dije para mí; ¿Qué quiere decir el Dios? ¿Qué sentido ocultan estas palabras? Porque yo sé sobradamente que en mí no existe semejante sabiduría, ni pequeña, ni grande. ¿Qué quiere,
pues, decir, al declararme el más sabio de los hombres? Porque él no miente. La Divinidad no puede mentir. Dudé largo tiempo del sentido del oráculo, hasta que por último, después de gran trabajo, me propuse hacer la prueba siguiente: —Fui a casa de uno de nuestros conciudadanos, que pasa por uno d6 los más sabios de la ciudad. Yo creia, que allí mejor que en otra parte, encontrarla materiales para rebatir al oráculo, y presentarle un hombre más sabio que yo, por más que me hubiere declarado el más sabio de los hombres. Examinando pues este hombre, de quien, baste deciros, que era uno de nuestros grandes políticos, sin necesidad de descubrir su nombre, y conversando con él, me encontré, con que todo el mundo le creia sabio, que él mismo se tenia por tal, y que en realidad no lo era. Después de este descubrimiento me esforcé en hacerle ver que de ninguna manera era lo que él creia ser, y hé aquí ya lo que me hizo odioso á este hombre y á los amigos suyos que asistieron á la conversación. Luego que de él me separé, razonaba conmigo mismo, y me decia:—Yo soy más sabio que este hombrea Puede muy bien suceder, que ni él ni yo sepamos nada de lo que es bello y de lo que es bueno; pero hay esta diferencia, que él cree saberlo aunque no sepa nada, y yo, no sabiendo nada, creo no saber. Me parece, pues, que en esto yo, aunque poco más, era mas sabio, porque no creia saber lo que no sabia.  Desde allí me fui a casa de otro que se le tenia por más sabio que el anterior, me encontré con lo mismo, y me granjeé nuevos enemigos. No por esto me desanimé-, fui en busca de otros, conociendo bien que me hacia odioso, y haciéndome violencia, porque temia los resultados; pero me parecía que debia, sin dudar, preferir á todas las cosas la voz del Dios, y para dar con el verdadero sentido del oráculo, ir de puerta en puerta por las casas de todos aquellos que gozaban de gran reputación; pero j oh Dios!
hé aquí, atenienses, el fruto que saqué de mis indagaciones, porque es preciso deciros la verdad; todos aquellos que pasaban por ser los más sabios, me parecieron no serlo, al paso que todos aquellos que no gozaban do esta opinión, los encontré en mucha mejor disposición para serlo. Es preciso que acabe de daros cuenta de todas mis tentativas, como otros tantos trabajos que emprendí para conocer el sentido del oráculo. Después de estos grandes hombres de Estado me fui á
los poetas, tanto á los que hacen tragedias como a los poetas ditirámbicos y otros, no dudando que con ellos se me tomaría in fraganti, como suele decirse, encontrándome más ignorante que ellos. Para esto examiné las obras suyas que me parecieron mejor trabajadas, y les pregunté lo que querían decir, y cuál era su objeto, para que me sirviera de instrucción. Pudor tengo, atenienses, en deciros la verdad; pero no hay remedio, es preciso decirla. No hubo uno de todos los que estaban presentes, incluso los mismos autores, que supiese hablar ni dar razón de sus poemas. Conocí desde luego que no es la sabiduría la que guia a los poetas, sino ciertos movimientos de la naturaleza y un entusiasmo semejante al de los profetas y adivinos; que todos dicen muy buenas cosas, sin comprender nada de lo que dicen. Los poetas me parecieron estar en este caso; y al mismo tiempo me convencí, que a título de poetas se creían los más sabios en todas materias, sí bien nada entendían. Les dejé, pues, persuadido que era yo superior á ellos, por la misma razón que lo habla sido respecto a los hombres políticos. En fin, fui en busca de los artistas. Estaba bien convencido de que yo nada entendía de su profesión, que los encontraría muy capaces de hacer muy buenas cosas, y en esto no podía engañarme. Sabían cosas que yo ignoraba, y en esto eran ellos más sabios que yo. Pero, atenienses, los más entendidos entre ellos me parecieron incurrir en el mismo defecto que los poetas, porque no hallé uno que, á título de ser buen artista, no se creyese muy capaz y muy instruido en las más grandes cosas ; y esta extravagancia quitaba todo el mérito a su habilidad. Me pregunté, pues, á mí mismo, como si hablará por el oráculo, si querría más tal como soy sin la habilidad de estas gentes,  igualmente sin su ignorancia, o bien tener la una y la otra y ser como ellos < y me respondí a mismo y al oráculo, que era mejor para mí ser como soy. De esta indagación, atenienses, han nacida contra mí todos estos odios y estas enemistades peligrosas, que han producido todas las calumnias que sabéis, y me han hecho adquirir el nombre de sabio; porque todos los que me escuchan creen que yo sé todas las cosas sobre las que descubro la ignorancia de los demás. Me parece, atenienses, que sólo Dios es el verdadero sabio, y que esto ha querido decir por su oráculo, haciendo entender que toda la sabiduría humana so es gran cosa, ó por mejor decir, que no es nada; y si el oráculo ha nombrado á Sócrates, sin duda se ha valido de mi nombre como un ejemplo, y como si dijese á todos los hombres: «el más sabio entre vosotros es aquel que reconoce, como Sócrates, que su sabiduría no es nada. »
Convencido de esta verdad, para asegurarme más y obedecer al Dios, continué mis indagaciones, no sólo entre nuestros conciudadanos, sino entre los extranjeros, para ver si encontraba algún verdadero sabio, y no habiéndole encontrado tampoco, sirvo de intérprete al oráculo, haciendo ver   todo el mundo, que ninguno es sabio. Esto me preocupa tanto, que no tengo tiempo para dedicarme al servicio de la república ni al cuidado de mis  cosas, y vivo en una gran pobreza a causa de este culto que rindo a Dios. (…)

sábado, 27 de febrero de 2016

ESTRUCTURA DE LA APOLÓGÍA DE SÓCRATES.



Inicia la obra, escrita por Platón, entre el 393 y 389 a.C con la autodefensa que Sócrates se hace ante el pueblo de Atenas, diciendo:
“No sé, atenienses, no sé..”. Estas palabras que serán precisamente, el inicio del final de su vida, constituyen el centro de su filosofía: “sólo sé que no se nada”. Aunque en estas primeras líneas se refiere a que él no sabe cuál es la impresión que ha causado la acusación en las mentes de sus juzgadores, luego de la lectura de la totalidad de la Apología, queda claro, que ya él lo suponía
La obra se puede dividir en las siguientes partes:
  1. Primera parte

  a. La introducción
  b. La acusación
  c. La explicación del porqué se le acusa
  d. Su interpretación del Oráculo de Delfos
  e. La refutación de los cargos
  f. La autoaniquilación: decir la verdad
  2. Segunda parte

  a. La aceptación
  b. El señalamiento de la pena

  3. Tercera parte 
  
  a. La profecía

PRIMERA PARTE 
  
a- La introducción:
Sócrates empieza por dejar en claro que es mentira lo que sus acusadores han dicho de él y que en su defensa, él si se ajustará, como siempre, a la verdad. Lanza además, una daga con la punta anestesiada a algunos de los atenienses que lo juzgarán, pues cuando les solicita que lo disculpen, por no defenderse con el lenguaje de los tribunales, pues sólo conoce el lenguaje que acostumbra a usar en las plazas públicas, donde “muchos de vosotros me habéis oído les está diciendo que de condenarlo, deberían de condenarse ellos también, por haberlo seguido en sus discursos. Deja la impresión que Sócrates ya intuye el desenlace de este juicio.
Acto seguido, describe cómo será el desarrollo de su defensa:
Responder a las primeras acusaciones falsas.
Responder a sus primeros acusadores
Responder a las acusaciones más recientes.
Hace esta diferencia, porque indica que sus detractores lo acusan desde hace mucho tiempo atrás (él tiene 70 años para ese momento y que estas acusaciones han calado hondo en las mentes de otros, de tal forma, que tiene en su contra, no solo a quienes lo calumnian desde siempre, sino además a los que han sido persuadidos y a su vez han persuadido a otros de que Sócrates no cree que haya dioses.
b- La acusación
Menciona a sus acusadores: Melito, Anito y Licón, que representan a los poetas, artífices y políticos y a los oradores, respectivamente. Luego, lee su acusación: “Sócrates es culpable de tratar de penetrar, con curiosidad impía, los secretos de la tierra y del cielo, de hacer de una mala una buena causa y de enseñar a otros cosas semejantes.” Más adelante leerá: “Sócrates es culpable de corromper a los jóvenes, de no reconocer a los dioses del Estado y de introducir nuevas divinidades.”
c- La explicación del porqué se le acusa
Sócrates, dialogando con sus juzgadores, en un franco monólogo, les dice, como hablando en voz alta: ¿De donde vienen esas calumnias que se han difundido contra ti? Y responde: viene de cierta sabiduría que hay en mí, aunque mas adelante dice que no la tiene. Explica que Cherefón, su amigo de la infancia, un día fue a Delfos, preguntó al oráculo si había en el mundo un hombre más sabio que Sócrates y la Pita respondió que no.
Sócrates intenta comprender el significado del oráculo y busca a hombres sabios: poetas, políticos, oradores y artífices para corroborar que si existen hombres más sabios que él, sin embargo, se percata que, a los ojos de casi todos, estos pasaban por sabios sin serlo. Intentó convencerlos de tal error y esto le generó el odio de muchos. Es evidente que hace 2300 años, así como hoy, conducirse de esta forma, es asegurarse el desprecio de los otros y una forma de suicidarse.
Esto, que ha sido el origen del odio que le tienen, y que, pienso, le valió una fama de arrogante, aunque él se perciba muy humilde, será lo que a la postre, posiblemente, termine siendo la causa de su condena, pues está confirmando con sus propias palabras, lo que de boca en boca se transmitido y entre los 500 que lo juzgan, sin lugar a dudas, habrán habido: poetas, políticos y artífices.
Termina reafirmando: “Por esto es por lo que se me odia, por decir la verdad”
d- Su interpretación del Oráculo de Delfos
Termina entonces por decir lo que quiso decir el Oráculo: “Mortales, el más sabio de vosotros es aquél que, a ejemplo de Sócrates, reconoce que nada es su sabiduría.” Sin embargo su humildad de reconocer que nada sabe, pienso, es, precisamente, la leña que hace encienda la hoguera del odio hacia él.
e- La refutación de los cargos
Ante las acusaciones, ya transcritas arriba, Sócrates se defiende atacando a sus difamadores. Acusa a Melito de mentiroso de petulante y de insolente Y lo confronta. Le refuta sus alegatos y los aniquila con sus preguntas. Primeramente le cuestiona ¿quién es la persona capaz de hacer mejores a los jóvenes? A lo que Melito contesta, las leyes. Le vuelve a plantear la pregunta y contesta Los Jueces (Jueces y Leyes están en absoluta concordancia).
En mi criterio, la respuesta de Melito es muy efectiva para acorralar a Sócrates, pues si este niega lo que dice Melito, estará diciendo que los 500 jueces (que lo están juzgando) y las leyes creadas por los mismos atenienses, son incapaces de hacer más virtuosos a los jóvenes, ergo, serán sus corruptores. Si por el contrario, acepta, como cierto, que esos 500 jueces son todos capaces de hacer mejor a los jóvenes, estaría aceptando que, por su envestidura de jueces, son hombres sabios y virtuosos, lo cual, a todas luces no es así. Sócrates sabía que Melito nunca contestaría la respuesta que él quería: el filósofo. Al final, la pregunta de Sócrates termina interpretándose como: ¿Quién es la única persona capaz de hacer peor a los jóvenes? Y para Melito sólo tiene una respuesta: Sócrates.
Así las cosas, Sócrates descalifica la respuesta de Melito, pero por su puesto, termina con ello de echar unas gotas más de cicuta a la copa que tendrá que beber.
En vista que está siendo acusado de corromper a los jóvenes, pregunta: ¿Qué cosa es mejor para ti, vivir entre gentes de bien o entre malvados? ¿No es verdad que los malos hacen siempre mal a los que están cerca de ellos y los buenos hacen siempre algún bien a los que con ellos viven? ¿Habrá, pues alguien que quiera recibir algún daño de aquellos con quienes trata, más bien que ser favorecido? ¿Cuándo me acusas de corromper a la juventud y de volverla peor, dices que la corrompo intencionalmente o sin quererlo? Melito responde: intencionalmente.
Ahora Sócrates, descarga su furia contra Melito, haciendo ver que si él corrompiera a la juventud, de manera intencional, se estaría exponiendo a que ellos mismos lo dañaran luego y por lo tanto, se estaría dañando a sí mismo. Algo así como el refrán que dice: Cría cuervos y te sacarán los ojos. En mi criterio, pareciera que Sócrates, sí crió cuervos. Los mismos cuervos que lo escuchaban en sus disertaciones, fueron quienes le llenaron la copa de cicuta.

Por último Sócrates demuestra que la acusación de que no cree en los dioses es falsa, pues hace que Melito acepte que Sócrates sí cree en los Demones, como hijos de los dioses, y si cree en estos, no puede ser que no crea en los dioses. 
  
  
f- La autoaniquilación
Siendo que Sócrates sabe las razones del odio que se le profesa y que intuye cuál será el desenlace de ese juicio, le vuelve a abrir la llave al dispensador de cicuta, cuando luego de terminar el interrogatorio, en su discurso le dice a los 500 jueces: “De todas maneras, hagáis caso de Anito o no hagáis, me absolváis o me condenéis, nunca jamás obraré de otro modo, así tenga que sufrir mil muertes.”

Para concluir, Sócrates recuerda al jurado que no va a recurrir a trucos de llantos, ni traerá a sus hijos a provocar compasión. Afirma no temer a la muerte y asegura que no actuará de manera contraria a su deber religioso, por lo que confiará plenamente en su sólida argumentación y en la verdad para ganarse el veredicto. El jurado, sin embargo, lo encuentra culpable por 281 votos a 220. 
  
  
  
SEGUNDA PARTE
La aceptación
Sin extrañarse, Sócrates acepta la condena, sin embargo, dice que esperaba ser condenado por más votos en su contra y no por una diferencia de tan solo 30.

En la época, nos dicen Meabe y Ascárate : “Cuando un acusado era declarado culpable y el acusador pedía contra él la pena de muerte, la ley permitía al acusado condenarse a sí mismo a una de estas tres penas: prisión perpetua, multa o destierro. La ley había establecido esta disposición para que los jueces no tuvieran ningún escrúpulo de condenar a un hombre que, condenándose a sí mismo, se declarara culpable por confesión propia. No cayó Sócrates en el lazo; no se condenó en manera ninguna, por lo que dice Jenofonte, ni permitió a sus amigos que lo hiciera: que esto era reconocer la culpa. De manera que Sócrates reclama su inocencia, y por obedecer a la ley, se señala a sí mismo una recompensa en lugar de un castigo.” 
  
  
  
El señalamiento de la pena
Sócrates, tenía derecho a formular una contrapropuesta a la pena que se le impuso (la pena de muerte), por lo que propone lo siguiente:

Ofrece comida gratuita en el Pritaneo, lo que “era un honor reservado a atletas y otros ciudadanos importantes.” Descarta el destierro y considera una multa de 30 minas, que es lo que sus amigos pueden pagar, pero el jurado no aceptará por considerarlo una suma muy pequeña comparada con el castigo impuesto. La pena de muerte es impuesta. 
  
  
  
TERCERA PARTE
a- La profecía
Profetiza a los que lo condenaron que serán castigados, que tendrán un gran número de censores a quienes él (Sócrates) contenía, quienes serán tanto más severos cuanto que son más jóvenes. Les dice que matando gente para que no les censuren sus malas vidas, no es una forma honesta de desembarazarse de los censores. Es mejor esforzarse en ser más virtuoso.
Se dirige luego a los que lo absolvieron y los llama: Jueces, y les dice que no deben temer a la muerte, que la muerte no es un mal, sino un bien. Luego se despide para siempre de ellos.



MODELO DE VIDA FILOSÓFICA. SÓCRATES


FUNDAMENTO DE LA ELECCIÓN 


  • Alto grado de espíritu crítico;
  • Valoriza la filosofía como búsqueda constante;
  • coherencia entre vida y pensamiento.
Debemos recurrir a Platón para poder saber algo sobre Sócrates porque éste no ha dejado ningún texto escrito.

LA ATENAS EN LA QUE SÓCRATES VIVIÓ

Podemos distinguir dos etapas:
1) Ascenso de Atenas
478 a.C triunfo de los atenienses sobre los persas.
442 a.C - 429 a.C gobierno de Pericles.
Política interior: fortificación de la constitución democrática. Ampliación de los poderes de la Asamblea y el jurado popular; mayor participación de los proletarios en la legislatura; crecimiento de la vida política.

Política exterior: dominio de Atenas sobre las otras ciudades ciudades atenienses (Liga ático-délica).

2) Derrumbe de Atenas.
Conflicto: con otras ciudades de la Liga y con las ciudades rivales Esparta y Siracusa. Luchas internas entre partidarios de la Oligarquía y la democrácia.

Entre 413 a.C y 403 a.C aproximadamente se alternaron estos sistemas:
  • OLIGARQUÍA 413 a.C a 412 a.C La democracia es derrotada y se instaura la dictadura de los cuatroscientos.
  • DEMOCRACIA: 410 a. C Episodio citado por Sócrates en su defensa: los atenienses ganan la batalla de las islas Arginusas y condenan a muerte a los generales sin juicio y sin derecho a defensa.
  • OLIGARQUÍA 404 a.C se derrota a la democracia y se instaura la tiranía de los treinta. Fue un régimen de terror.
  • DEMOCRACIA 403 a.C los tiranos son vencidos aquí se da el juicio y condena de Sócrates acusado de corromper a la juventud 399 a.C
SITUACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL: 
1) economía agrícola feudal;
2) extensión de los deberes militares y los derechos políticos.
3) necesidad de preparar nuevas elites:
  • con conocimiento de la realidad política
  • con buen dominio de las leyes
  • con habilidades oratorias y retóricas que convencen a otros
Por este motivo se da la aparición de los sofistas, maestros itinerantes que tienen a Atenas como centro de actividad.

SITUACIÓN CULTURAL:
  • mayor participación del pueblo en el progreso cultural
  • Pericles protege a unos artistas: Fidias (escultor), pensadores Protágoras.
  • El pueblo puede admirar grandes monumentos públicos: partenón y asistir a representación de tragedias: Esquilo, Sófocles, Eurípides.
VIDA DE SÓCRATES:
  • Nació en un barrio suburbano de Atenas 470 aC o 469 a.C en una familia modesta.
  • Padre escultor, madre partera
  • Cumplió sus obligaciones militares y participó en batallas importantes.
  • se entusiasmó con la filosofía naturalista de Anaxágoras hasta que se disilusionó porque esto no llevaba a un conocimiento real de las causas.
  • sus defensas de la ley y la justicia oponiéndose a los gobernantes de Atenas, su espíritu crítico, así como su modo de usar la refutación le generaron enemistades que fueron creciendo con los años.
  • en el año 399 a.C tres ciudadanos Anito (mercader y político), Licón (orador) y Meleto (poeta) denunciaron a Sócrates y pidieron para él pena de muerte.


jueves, 25 de febrero de 2016

TRABAJO PRACTICO 2. ¿Qué puede guiar a un hombre?

TRABAJO PRÁCTICO N° 2
En la vida humana, el tiempo no es más que un instante. La sustancia del ser humano cambia sin cesar, sus sentidos se degradan, su carne está sujeta a la descomposición, su alma es turbulenta, la suerte, difícil de prever y la fama, un signo de interrogación. En breve, su cuerpo es un arroyo fugitivo, su alma, un sueño insustancial. La vida es una guerra y el individuo, un forastero en tierra extraña. Además, a la fama sigue el olvido. ¿Cómo puede hallar el ser humano una manera sensata de vivir? Hay una sola respuesta: en la filosofía. Mi filosofía consiste en preservar libre de daño y de degradación la chispa vital que hay en nuestro interior, utilizándola para trascender el placer y el dolor, actuando siempre con el propósito, evitando las mentiras y la hipocresía, sin depender de las acciones o los desaciertos ajenos. Consiste en aceptar todo lo que venga, lo que nos den, como si proviniera de una misma fuente espiritual.


Marco Aurelio

LA CRISIS PUNTO DE PARTIDA DEL FILOSOFAR.

Te quiero. Te extraño. Te llamo por teléfono. No estás. Me angustio. Te espero. Te busco. Pienso en ti: cierro los ojos y te imagino. Te veo luego, en la calle, y corro a tu encuentro, te abrazo, te beso, me agito, te digo frases fervorosas. Es el Amor.

De pronto, un día, coloco una distancia entre tu persona y la mía, congelo la imagen que tenía de ti y de mis sentimientos y me pregunto: “¿Eso es el amor o es mi amor?”.
Ahora ya no pienso en ti, tampoco en mí, sino en un problema que está por encima de nosotros, el problema de un concepto, de una idea, de saber qué es el amor y en qué se distingue de mí amor: entonces abandono lo particular, ese suceso que atañe a mi persona, y recuerdo que también hay otros que están enamorados, pienso en las historias de amor que narra la literatura, en lo que ocurrió entre Romeo y Julieta, y entre otras parejas. ¿Puedo yo decir “a mi me pasa lo mismo que a ud”?

Quiero saber qué es el amor; para verificar que lo mío, en efecto, es amor, y no un arrebato momentáneo delirante. Quiero saber si estoy en lo cierto o si todo es mera fantasía mía, privada, real, muy real, pero fantasía al fín. Todos estos temblores internos que llamo amor tal vez merezcan otro nombre y pertenezcan a una realidad de otro orden.
Estoy en crisis.

“Si no tuvieras esos ojos verdes –me pregunto-, te querría igual? Digo que sí, claro, pero no estoy seguro. (…)
He aquí una pregunta que me desvela. Y cuando estoy desvelado pienso, quiero saber la verdad. Y cuando quiero saber la verdad, me aparto de la vida, me alejo, tomo distancia y la contemplo de lejos. Ya no estoy involucrado en eso que pasa, sino que eso que pasa ahora se me ofrece como objeto de contemplación, de pregunta de asombro. Cuando pregunto si esto es amor o es mera ilusión mía, o es mi manera de amar pero no es el amor, hago filosofía. Porque estoy inseguro de lo que vivo. Porque caí en la duda.
Lo hago, insisto, cuando caigo en la duda. Caigo y debo levantarme. (…)

Crisis. Algo se ha roto. Se ha roto el piso, la base de aquello que se vive. Mientras vivimos, no pensamos en lo que estamos viviendo. Cuando vamos al cine y nos entregamos a la película, nos olvidamos de que estamos en el cine, viendo una película. Pero si de pronto hay un corte de luz, despertamos y tomamos conciencia: estamos en un cine viendo una película, y algo está fallando. Pensamos qué hacer. ¿Quedarnos? ¿Esperar? ¿Volverá la luz? ¿Valía la pena venir al cine?

Uno piensa en el cine cuando no va al cine, o cuando va y algo no funciona. “Crisis” significa eso, algo que se rompe y, porque se rompe, hay que analizarlo. De ahí viene el término “crítica”, que significa análisis o estudio de algo para emitir un juicio. Y de ahí también “criterio”, que es razonamiento adecuado.


La crisis nos obliga a pensar. La crisis del mundo, la de nuestras relaciones –que a veces está a punto a naufragar-, la crisis económica, de la política. Pensar es consecuencia de alguna crisis. Si no ¿para qué pensar? Si nos va bien en los negocios, ¿para qué pensar en los negocios? Pero si nos va mal en la vida, podemos llegar a pensar: “¿Para qué necesito yo todo esto, para qué me sirve?, ¿mejora mi vida con ello?
La crisis produce análisis, reflexión. Cuando el pensamiento es sistemático, cuando abarca los grandes temas de la vida, qué es la felicidad, sin dejarse llevar por las preferencias individuales, se llama filosofía.


miércoles, 24 de febrero de 2016

ORIGENES DE LA FILOSOFÍA EN CADA UNO DE NOSOTROS

ASOMBRO: el primer asombro que recibimos en la vida es la muerte. Cuando uno toma conciencia de la muerte empieza a filosofar. Primero asistimos a la muerte de los otros, ya sea de forma potencial -por ejemplo pensar que pueden morir nuestros padres- o efectiva -cuando muere alguien cercano a nosotros.

Pero cuando se plantea en nuestra conciencia la muerte propia se convierte en algo "personal", allí es donde se produce el origen de la filosofía en cada uno de nosotros.

Esto marca una diferencia entre "repetir" y "pensar". Repetir es una actividad de alguna manera externa. No se arraiga en nuestra parte profunda. Pensar es hijo de la reflexión.

Para pensar:

UNO EMPIEZA A PENSAR LA VIDA CUANDO SE DA POR MUERTO.

La conciencia de la muerte nos convierte en vivientes. La certidumbre personal de la muerte nos humaniza, es decir, nos convierte en verdaderos humanos, en "mortales". Entre los griegos "humano" y "mortal" se decía con la misma palabra.

Las plantas y los animales no son mortales, porque no saben que van a morir, no saben que tienen que morir. Se mueren pero sin conocer nunca su vinculación individual, la de cada uno de ellos con la muerte.

Si la muerte no existiera habría mucho que ver y mucho tiempo para verlo pero muy poco que hacer y nada que pensar...no habría misterio.

Otro asombro es haber nacido.
¿por qué hay algo pudiendo no haber nada?

Ante estos interrogantes hay dos opciones:
  • cierro todo y me voy a dormir la siesta.
  • me angustio.
ANGUSTIA: es otro de los orígenes de la filosofía. La angustia no como simple tristeza sino como perplejidad ante lo inmenso: no decido ni mi nacimiento ni mi muerte.

DUDA: surge luego de comenzar a tomar conciencia del conocimiento ¿será verdad? ¿qué es la verdad? ¿conozco o creo conocer? ¿hay un afuera de mi mismo?

SITUACIÓN LÍMITE: Estamos siempre en situaciones. Las situaciones cambian, las ocasiones se suceden. Si éstas no se aprovechan, no vuelven más. Puedo trabajar por hacer que cambie la situación. Pero hay situaciones por su esencia permanentes, aún cuando se altere su apariencia momentánea y se cubra de un velo su poder sobrecogedor: no puedo menos de morir, ni de padecer, ni de luchar, estoy sometido al acaso, me hundo inevitablemente en la culpa. Estas situaciones fundamentales de nuestra existencia las llamamos situaciones límites. Quiere decirse que son situaciones de las que no podemos salir y que no podemos alterar. La conciencia de estas situaciones límites es, después del asombro y de la duda, el origen, más profundo aún, de la filosofía. En la vida corriente huímos frecuentemente ante ellas cerrando los ojos y haciendo como si no existieran. Olvidamos que tenemos que morir, olvidamos nuestro ser culpables y nuestro estar entregados al acaso. Entonces sólo tenemos que habérnoslas con las situaciones concretas, que manejamos a nuestro gusto y a las que reaccionamos actuando según planes en el mundo, impulsados por nuestros intereses vitales. A las situaciones límites reaccionamos, en cambio, ya velándolas, ya, cuando nos damos cuenta realmente de ellas, con la desesperación y la reconstitución: Llegamos a ser nosotros mismos en una transformación de la conciencia de nuestro ser.


lunes, 22 de febrero de 2016

TRABAJO PRÁCTICO 1


PARA PENSAR 

Hablar de filosofía es siempre entablar una conversación compleja. Ya sea porque en general se piensa que la filosofía es una actividad aburrida o complicada, ya sea porque se considera que está reservada para unos pocos intelectuales, o porque se ve en ella una maraña compleja de pensamientos inabordables, el tratamiento filosófico de un tema suele ser evitado de manera expresa. Sin embargo, considerar la filosofía de esta manera es una forma de ignorar realmente de qué se trata.

Si hay algo que todo el mundo sabe de la filosofía es que está relacionada con los antiguos griegos, y que Sócrates, Platón y Aristóteles fueron los más reconocidos filósofos de la Grecia Clásica, la que abarca los s. V y IV a.c. como noble hija de padres griegos su nombre proviene justamente de este idioma.

Filosofía es un término compuesto de dos palabras griegas: “philos”, que significa amor, afección a y también amistad, y “sophia”, que quiere decir saber, conocimiento. Si decimos solamente esto, se pensará que ella se ocupa de aumentar el saber, de intentar conocer todo el tiempo más, y el filósofo será alguien enamorado del saber, ávido de conocer, y que siente necesidad de saber siempre más y nunca se satisface con lo que sabe. En parte esta conclusión es correcta; pero si decimos solo esto, corremos el riesgo de pensar que el filósofo es un erudito, es decir, una persona centrada solamente en incrementar la cantidad de datos o de información que posee, o en especializarse en todas las ciencias y conocimientos, y eso no es exactamente un filósofo. Se trata mejor, de alguien que sabe de la reflexión una actividad central de su vida. Utilizamos aquí el término reflexión en un sentido primario es decir, aquel que menciona un reflejo como si fuera un espejo. Reflexionar quiere decir mirarse a sí mismo en gesto de flexión, en un movimiento sobre uno mismo, un repliegue interior en el que uno se pone frente a si mismo para observar, así, sus ideas, opiniones, pensamientos. Si reflexionamos sobre el sentido de la vida, por ejemplo, el ejercicio consistirá en percibir qué es lo que pensamos nosotros mismos sobre él. Y es por esto que la reflexión implica siempre cuestionamiento: ¿qué pienso que es la vida? ¿en qué creo que consiste la existencia?

La filosofía, entonces, es la actividad teórica en sentido propio, ya que originalmente teórico significa de contemplación o de observación; entonces, cuando decimos que la filosofía es una actividad teórica, queremos decir que toma distancia respecto de la realidad, que intenta observarla y hacer un juicio crítico sobre ella, explicando el orden que tiene y estableciendo relaciones entre sus partes.
Para realizar este trabajo crítico el filósofo se plantea preguntas, el tipo de preguntas que el filósofo formula no pueden ser respondidas por la ciencia ni por las fórmulas que provienen del sentido común, porque la filosofía se pregunta acerca de las cosas más básicas y anteriores al cuestionamiento científico y además su pregunta supone un ejercicio riguroso de la reflexión hasta sus últimas consecuencias.

La filosofía cuestiona, pregunta, pide argumentaciones y demostraciones de lo que sostiene. No se conforma con lo que otros dicen y busca sus propias razones.


La filosofía es un sabes sin supuestos, es decir, no supone que las cosas son como aparentan o como otros nos dijieron, sino que cuestiona absolutamente todo.

domingo, 21 de febrero de 2016

UNIDAD I: ¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA?

UNIDAD I ¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA? (2016)




“LA FILOSOFÍA NO SIRVE PARA NADA”
En la época actual de los grandes avances tecnológicos, internet, aceleradores de partículas….¿ qué INFORMACIÓN podemos recibir de la filosofía?
NINGUNA
La filosofía es incompatible con las noticias y la información está hecha de noticias. Por ejemplo recibimos esta noticia con la siguiente información:
“Según la OMS cada día mueren 10.000 niños por desnutrición”
Opiniones posibles:
 -es un desajuste del ciclo macroeconómico global.
-es a causa de la superpoblación;
-es por el injusto reparto de bienes;
-es voluntad de Dios;
-es la fatalidad del destino;
-alguien podría decir: ¡en qué mundo vivimos!
Pero si cambiamos los signos podemos decir:
¿en qué mundo vivimos?
La respuesta científica podría ser:
-En el planeta Tierra
Una respuesta económica:
-en un mundo de injusticia en la distribución de la riqueza
Una respuesta religiosa:
-un mundo de pecadores.
Pero esto: NO EXPLICA QUE SIGNFICA ESTA INFORMACIÓN, NECESITAMOS UNA PREGUNTA FILOSÓFICA.

Diferencia FILOSOFÍA-CIENCIA.
Podemos distinguir tres niveles de entendimiento:
INFORMACIÓN                        Presenta hechos y mecanismos primarios.
 


CONOCIMIENTO                        Reflexiona sobre la información recibida, jerarquizando
                                             Su importancia y busca principios generales para                
                                             Ordenarlos.
 



SABIDURÍA                         Vincula el conocimiento con las opciones vitales o con valores
                                      Que podemos elegir, intentando establecer cómo vivir mejor de
                                    Acuerdo con lo que sabemos.

La Ciencia toma: INFORMACIÓN Y CONOCIMIENTO.
La Filosofía toma: CONOCIMIENTO Y SABIDURÍA.
Tanto la filosofía como la ciencia intentan responder preguntas. Entre sus orígenes estuvieron unidas. Pero…
La ciencia pretende explicar cómo esta hechas las cosas y cómo funcionan y la filosofía se centra en el qué significa para nosotros.
CIENCIA                                                           FILOSOFÍA
-Punto de vista impersonal.                           –El conocimiento tiene un sujeto
-Qué hay y qué sucede                                  -Cómo impacta en nosotros
-Multiplica perspectivas                                  -Enmarca saberes
-busca saberes sin suposiciones                     -Quiere saber si nuestros saberes son
                                                                 Verdaderos o ignorancia disfrazada.
-Se apoya en saberes anteriores                    -Es un camino solitario

Mientras la historia se pregunta por ejemplo : ¿qué sucedió con el hombre en la prehistoria? La filosofía se pregunta ¿qué es el tiempo?
Mientras la matemática se pregunta ¿qué relación hay entre los números racionales? La filosofía se pregunta ¿qué son los números?
Mientras la física se pregunta: ¿cómo es la estructura de un átomo? La filosofía se pregunta ¿cómo podemos saber qué hay dentro de nuestra mente?
Mientras la psicología se pregunta: ¿ cómo aprenden a leer los chicos? La filosofía se pregunta ¿qué es el lenguaje?
La ciencia da SOLUCIONES la filosofía da RESPUESTAS QUE NO SOLUCIONAN.
Las respuestas filosóficas NO solucionan las preguntas de lo real sino que más bien cultivan la pregunta y no ayuda a seguir preguntando.
DOS COSAS IMPORTANTES
1)    Uno puede investigar científicamente por otro pero no puede pensar filosóficamente por otro.
2)    Los avances científicos tienen como objetivo mejorar nuestro conocimiento de la realidad mientras que filosofar ayuda a transformar y ampliar la visión personal del mundo de quien se dedica a esa tarea.




PROGRAMA 2016

PROYECTO ÁULICO 2016
MATERIA: FILOSOFÍA
ESCUELA: EES
CURSO: 6
PROFESOR: Lic. Sandra Nélida Pécora

FUNDAMENTACIÓN: la enseñanza de la filosofía se inscribe dentro de los objetivos de la Educación Secundaria Superior: ofrecer a los estudiantes situaciones y experiencias que les permita tanto la adquisición de saberes para continuar sus estudios, para acceder al mundo del trabajo, así como para consolidar su formación como ciudadanos.

OBJETIVOS DE LA ENSEÑANZA:
Ø  Configurar una modalidad de trabajo que permita y de lugar a los estudiantes para apropiarse de los problemas filosóficos y reformularlos en función de su experiencia y contexto cultural.
Ø  Alentar la vivencia de la experiencia filosófica que promueve el intercambio de los estudiantes entre sí, con el docente y con la historia de la filosofía.
Ø  Promover indagaciones filosóficas que –mediante el análisis textual, el estudio histórico y la creación de conceptos- resulte significativo para los estudiantes.
Ø  Propiciar la valoración positiva por el ejercicio del pensamiento filosófico.
Ø  Promover la reflexión crítica frente a las distintas concepciones. Esto supone la discusión racional de las ideas filosóficas, la disposición a la lectura, el contacto con los textos originales, entre otras cuestiones.

OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE:
Ø  Identificar y comprender las ideas y las concepciones filosóficas fundamentales.
Ø  Aplicar para el análisis y la crítica, procedimientos y herramientas propias de la filosofía.
Ø  Reflexionar acerca de las cuestiones filosóficas socialmente significativas.
Ø  Trabajar la argumentación y la crítica.
Ø  Expresar la propia crítica en forma oral y escrita y de manera filosófica.

CONTENIDOS:
BLOQUE 1 (PRIMER TRIMESTRE) QUÉ ES LA FILOSOFÍA.
UNIDAD I
·         El conjunto de la filosofía: distintas definiciones, la disciplina filosófica. La ciencia y la filosofía. Disciplinas filosóficas.
·         Orígenes de la filosofía
·         La filosofía en la perspectiva de la historia de la filosofía.
UNIDAD II
·         El método de la filosofía: Sócrates y la mayéutica; Platón y  la dialéctica; Aristóteles y la lógica; Edad Media la disputa; el método de Descartes. La intuición intelectual.

BLOQUE 2 (SEGUNDO TRIMESTRE) LOGICA-GNOSEOLOGÍA-EPISTEMOLOGÍA
UNIDAD IV
·         Lenguaje: comunicación y lenguaje, dimensiones. Comunicación no verbal.
·         Lógica: informal y formal.
UNIDAD V
·         Fuentes del conocimiento.
·         Problemas gnoseológicos.
·         Criterios de verdad.
UNIDAD VI
·         Qué es la epistemología.
·         Breve desarrollo histórico.
·         Clasificación de las ciencias.
·         Teorías epistemológicas.

BLOQUE 3 (TERCER TRIMESTRE) ANTROPOLOGÍA-ETICA-ESTETICA
UNIDAD VII
·         Algunos planteos epistemológicos.
·         Algunas respuestas a los problemas planteados.
·         Nociones de organización socio-política.
UNIDAD VIII
·         El problema ético
·         Grandes respuestas teóricas.
·         Etica aplicada.
UNIDAD IX
·         Sentido del arte.
·         Qué es la belleza
·         El problema en la actualidad,

CRITERIOS DE EVALUACIÓN
·         Utilizar vocabulario característico de la discusión filosófica.
·         Reconstruir y confrontar argumentos.
·         Conocer problemas, autores y campos filosóficos.
·         Interpretar distintas concepciones.

INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN.
·         Cada unidad temática será evaluada con, por lo menos, una evaluación escrita, la entrega de trabajos prácticos y los trabajos y lecciones en clase.
·         Tanto las evaluaciones escritas como la entrega de trabajos, se avisarán con, por lo menos, 15 días de anticipación.
·         Si la ausencia a las evaluaciones o la entrega de trabajos no son justificadas adecuadamente, se descontarán puntos en la calificación.
·         Se tendrá en cuenta para la evaluación  trimestral y final, tanto el vocabulario oral y escrito como las formas de trabajo grupal e individual y la responsabilidad en el cumplimiento y desarrollo de las actividades propuestas.

BIBLIOGRAFÍA:
Feinmann, José Pablo; La filosofía y el barro de la historia, 1 ed., Bs As Planeta 2008
Feinmann, José Pablo; ¿Qué es filosofía?, 1 ed., Bs As, Prometeo libros, 2006
Gallo-Salatino; Filosofía, esa búsqueda reflexiva, 1 ed., Bs As, AZ 2006
Sztanjnszrajber, Darío, Para qué sirve la filosofía, 1 ed, CABA, Planeta 2013
BIBLIOGRAFÍA DEL ALUMNO.
Material aportado por el docente y el existente en la biblioteca de la escuela.
NOTA: TODO EL MATERIAL NECESARIO SERÁ PUBLICADO EN DOS PÁGINAS DE FACIL ACCESO:


Lic. Sandra Nélida Pécora