La antropología filosófica
es una disciplina de la filosofía cuyo objeto es el ser humano. La palabra
antropología proviene del griego anthropos (hombre) y logos (estudio,
conocimiento).
La antropología filosófica
y la antropología científica comparten el mismo objeto de estudio: el hombre.
Pero la filosófica se ocupa del problema del ser humano siguiendo el camino del
pensamiento filosófico, es decir, enmarcando las cuestiones relativas al ser
humano dentro deL conjunto de lo que las
cosas son y por su forma de ser. Es decir, estudia la forma de ser humanos a
diferencia de otros seres.
EL SER HUMANO EN LA ANTIGÜEDAD,
EDAD GRECOLATINA
La cultura grecolatina
comprende las civilizaciones griega y romana. En esta cultura la realidad se
representa como un kosmos, es decir, un conjunto compuesto por todas las cosas
que existen en tanto están ordenadas de manera armónica y bella. Según esta
concepción los seres y las cosas no están uno al lado del otro de manera
desordenada, sino que componen un conjunto sujeto a poderes o fuerzas naturales
que les imprimen un orden. El cosmos está ordenado jerárquicamente, es decir,
hay seres más perfectos que otros, hay seres superiores y seres inferiores. Los
superiores mandan y los inferiores obedecen.
Las fuerzas que gobiernan
el cosmos componen lo que los griegos llaman Destino o Moira. Para ellos todos
los seres están subordinados al Destino. La diferencia entre los dioses
inmortales y los seres humanos mortales era que los primeros conocían el
Destino y los segundos lo padecían.
El cosmos es eterno, no
tuvo comienzo ni origen. Ningún ser está más allá del cosmos, que lo incluye
todo. El orden cósmico rige sobre todos los seres que lo componen.
Esta representación se dio
en los mitos, en el arte, en la religión pero no hubo un desarrollo
sistemático. Los filósofos griegos veían a las personas dentro de un marco más
amplio relativo al ser en general. Todos los seres formaban grados de un mismo
ser, sujetos al mismo orden, a las mismas leyes del Destino. El ser humano era
un modo de ser entre otros seres.
Los seres humanos, además,
formaban parte de un orden superior, al que estaban subordinados como
individuos y como miembros de una comunidad. Fuera de ese orden dejaban de
pertenecer a la raza humana. Por eso era preferible la muerte al destierro: el
muerto seguía formando parte de la familia que lo recordaba y se le rendía
culto, pero el desterrado al ser excluido de la comunidad también dejaba de
formar parte de la humanidad.
En tanto la realidad es
concebida en forma monista, el cuerpo es visto en forma dual: alma (psique) y
cuerpo (soma). El alma es de naturaleza simple, incorruptible e inmortal y el
cuerpo es compuesto, es decir, puede descomponerse y morir.
El
alma se asemeja más al ser de los dioses, mientras que el cuerpo se asemeja a
los animales.
EL HOMBRE EN LA TRADICIÓN
JUDEO-CRISTIANA
La cultura judeo-cristina
es otra tradición fundamental que confluye con la grecolatina para construir la
cultura occidental moderna.
Para esta tradición, Dios,
que es eterno, es decir, no tiene comienzo ni final, ha creado el universo y,
dentro de él, a los hombres. Todos los seres creados tuvieron un comienzo y
tendrán un fin. El universo fue creado dedos acuerdo con un orden justo que se
manifiesta en el equilibrio de las partes, en que cada ser tiene su lugar.tant
Para los semitas, el alma
no es, como para los g riegos, un principio simple e inmortal, independiente
del cuerpo, sino que es lao que da aliento de vida, lo que anima al viviente.
El alma es inseparable del cuerpo. El que muere es el hombre viviente. Por esta razón, l os semitas esperan
la resurrección de los muertos, no de las almas. Entonces, no es una visión
monista del hombre porque lo concibe como una unidad indisoluble y no como dos
principios separables.
Para
la tradición judeo cristina, el universo aparece atravesado por dos sentidos
opuestos: por un lado, el orden y la justicia con la que Dios creó a todos los
seres y la injusticia que los humanos introdujeron al mandato de Dios con su
desobediencia. De modo que la realidad es dual porque esta atravesada por dos
principios distintos y opuestos.
EL SER HUMANO EN LA CULTURA
MODERNA OCCIDENTAL.
Lo que caracteriza a la
modernidad es la confianza en las capacidades naturales de la razón, de la voluntad
y de las fuerzas puramente humanas para orientar la convivencia social y
resolver sus conflictos.
-Dualismo cartesiano:
Descartes introdujo una pregunta relevante para la Antropología filosófica:
pienso, luego existo, pero ¿qué soy?. Y respondió: “Yo no soy, pues, hablando
con precisión, más que una cosa que piensa, es decir, un espíritu, un
entendimiento o una razón, que son términos cuyo significado antes era
desconocido.”El cuerpo es algo exterior al pensante. ¿cuál sería la relación
entre alma y cuerpo? El alma tiene un cuerpo al que conduce como el piloto a un
barco. Lo llamamos dualismo porque se concibe al hombre como la unión de dos
sustancias. Este dualismo ha influido en la tradición occidental al conducir a
una sobrevaloración de la razón y de la conciencia en contraposición a lo
corporal, a lo sensible, a lo afectivo y a lo pasional. La conciencia resultó
algo valioso y el cuerpo resultó despreciado y reprimido.
-Hobbes, el hombre lobo del
hombre: el cuerpo humano es motivado por un principio hedonista, que consiste
en la búsqueda del placer y huida del dolor. Como los recursos naturales
necesarios para la subsistencia son escasos, lo cual lleva, según él, a que
cada hombre sea potencialmente un enemigo para los demás. El enfrentamiento por
la supervivencia deriva en un estado de guerra universal de todos contra todos.
-Los hombres como libre e
iguales: tanto para Locke como para Rosseau los seres humanos somos iguales en
derechos y naturalmente libres. Rosseau piensa que por mas depravada o corrupta
sea una persona, siempre conserva un resto de conciencia que le ordena respetar
la libertad de los otros. Lo que diferencia al ser humano de los animales no es
la razón o entendimiento, sino la libertad, que es hacer lo que se desea
siempre y cuando no impida a los otros seres libres hacer otro tanto. En esta
concepción la libertad y el deseo se contraponen, la libertad es la voluntad de
decidir y actua independiente de los deseos. El hombre es el único animal que
puede obrar independientemente de los instintos naturales. La condición para
que todos sean libres es que todos estén igualmente obligados a respetar la
libertad de los otros y esto es a través de la ley.
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