lunes, 22 de febrero de 2016

TRABAJO PRÁCTICO 1


PARA PENSAR 

Hablar de filosofía es siempre entablar una conversación compleja. Ya sea porque en general se piensa que la filosofía es una actividad aburrida o complicada, ya sea porque se considera que está reservada para unos pocos intelectuales, o porque se ve en ella una maraña compleja de pensamientos inabordables, el tratamiento filosófico de un tema suele ser evitado de manera expresa. Sin embargo, considerar la filosofía de esta manera es una forma de ignorar realmente de qué se trata.

Si hay algo que todo el mundo sabe de la filosofía es que está relacionada con los antiguos griegos, y que Sócrates, Platón y Aristóteles fueron los más reconocidos filósofos de la Grecia Clásica, la que abarca los s. V y IV a.c. como noble hija de padres griegos su nombre proviene justamente de este idioma.

Filosofía es un término compuesto de dos palabras griegas: “philos”, que significa amor, afección a y también amistad, y “sophia”, que quiere decir saber, conocimiento. Si decimos solamente esto, se pensará que ella se ocupa de aumentar el saber, de intentar conocer todo el tiempo más, y el filósofo será alguien enamorado del saber, ávido de conocer, y que siente necesidad de saber siempre más y nunca se satisface con lo que sabe. En parte esta conclusión es correcta; pero si decimos solo esto, corremos el riesgo de pensar que el filósofo es un erudito, es decir, una persona centrada solamente en incrementar la cantidad de datos o de información que posee, o en especializarse en todas las ciencias y conocimientos, y eso no es exactamente un filósofo. Se trata mejor, de alguien que sabe de la reflexión una actividad central de su vida. Utilizamos aquí el término reflexión en un sentido primario es decir, aquel que menciona un reflejo como si fuera un espejo. Reflexionar quiere decir mirarse a sí mismo en gesto de flexión, en un movimiento sobre uno mismo, un repliegue interior en el que uno se pone frente a si mismo para observar, así, sus ideas, opiniones, pensamientos. Si reflexionamos sobre el sentido de la vida, por ejemplo, el ejercicio consistirá en percibir qué es lo que pensamos nosotros mismos sobre él. Y es por esto que la reflexión implica siempre cuestionamiento: ¿qué pienso que es la vida? ¿en qué creo que consiste la existencia?

La filosofía, entonces, es la actividad teórica en sentido propio, ya que originalmente teórico significa de contemplación o de observación; entonces, cuando decimos que la filosofía es una actividad teórica, queremos decir que toma distancia respecto de la realidad, que intenta observarla y hacer un juicio crítico sobre ella, explicando el orden que tiene y estableciendo relaciones entre sus partes.
Para realizar este trabajo crítico el filósofo se plantea preguntas, el tipo de preguntas que el filósofo formula no pueden ser respondidas por la ciencia ni por las fórmulas que provienen del sentido común, porque la filosofía se pregunta acerca de las cosas más básicas y anteriores al cuestionamiento científico y además su pregunta supone un ejercicio riguroso de la reflexión hasta sus últimas consecuencias.

La filosofía cuestiona, pregunta, pide argumentaciones y demostraciones de lo que sostiene. No se conforma con lo que otros dicen y busca sus propias razones.


La filosofía es un sabes sin supuestos, es decir, no supone que las cosas son como aparentan o como otros nos dijieron, sino que cuestiona absolutamente todo.

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