EL ARTE COMO CREACIÓN Y COMO EXPERIENCIA.
El término arte se utiliza en muchos sentidos. Podemos
decir que “cocinar bien es un arte”, y de alguien que hace algo con habilidad
decimos que es “un artista”. Ovidio, el “El arte de amar”, da reglas para facilitar
la buena relación entre los amantes. Uno más de entre estos sentidos del
término es el de bellas artes.
Los distintos usos del término arte tienen en común el
significado de “hacer” o “producir” algo con cierto método, siguiendo unas
reglas o de acuerdo con un modelo. En este sentido es también una acción
productiva.
El origen del término es el griego techne que tiene
como término latino art (arte). El término griego encierra el matiz de arte
manual, que requiere cierta habilidad en el hacer y conocimiento del oficio,
matices que hoy se conservan, de alguna manera, en el concepto de arte cuando
lo usamos para designar las bellas artes, y sobre todo el concepto de artista.
Aristóteles considera que el arte es el resultado de
la experiencia, pero supone también un conocimiento teórico que se aplica a la
producción de algo. En este sentido, el arte es, para Aristóteles, lo opuesto a
lo natural. Entendida, la naturaleza como algo independiente del hombre,
distingue entre seres naturales y seres artificiales. Estos últimos son
resultado de la acción humana. En este sentido, el concepto de arte incluye,
pues, todo lo realizado por el ser humano frente a las obras de la naturaleza:
lo artificial o hecho con artificio. De este tipo son los productos de las “bellas
artes” –término que no emplea Aristóteles-: pintura, escultura, arquitectura,
música y poesía.
Hoy al producto de estas actividades lo llamamos obra
de arte. Con esto nos estamos refiriendo a una clase particular de cosas hechas
por el hombre: las que se realizan para ser contempladas estéticamente. Podemos
decir que las obras de arte se oponen a los “objetos útiles”, que tienen una
finalidad distinta de su contemplación estética, aunque puedan tener también un
valor estético o cierta belleza que agrada contemplar.
Un caso particular es el de la arquitectura porque une
a la vez las características de un objeto de arte y de algo útil, aunque no
todo edificio arquitectónico es obra de arte.
Según Goodman hay dos momentos diferentes en la
constitución de una obra de arte. Un primer momento, al que se da el nombre de
ejecución, y un segundo, el de su realización, cuando al ser conocida por otros
queda constituida como obra de arte en sentido estricto.
Una obra de arte se constituye propiamente como tal
cuando es experimentada o contemplada por alguien distinto de su autor, con
independencia de a finalidad que éste haya tenido inicialmente al realizarla.
LECTURA: La
novela queda concluida al ser escrita, la pintura al ser pintada, y la obra
teatral al ser interpretada. Pero la novela abandonada en un cajón, la pintura
amontonada en una despensa y la obra interpretada en un teatro vacío no cumplen
su función. Para que la novela funciones, deberá ser publicada de un modo u
otro, la pintura tendrá que ser mostrada pública o privadamente, la obra
presentada ante un público. La publicación, la exhibición y la representación
ante un público son medios de realización –o modos de que las artes formen
parte de la cultura-. La ejecución consiste en hacer una obra, la realización
en hacer que estas funcionen.
N.
Goodman. “De la mente y otras materias”.
RESPONDER:
a)
¿qué tienen en común los usos del término arte?
b)
¿qué diferencia hay entre el origen griego y el origen
latino del término arte?
c)
¿qué es el arte para Aristóteles?
d)
¿a qué llamamos obra de arte y a qué otro concepto se
opone ese término?
e)
¿cuándo se constituye una obra de arte?
f)
¿cuáles son los dos momentos que señala Goodman para
que una obra se constituya en obra de arte?
g) Distingue
esos dos momentos en diferentes géneros de arte.
2) La experiencia estética.
La experiencia como forma de conocimiento es el medio
que tenemos de entrar en contacto con el mundo que nos rodea. Se inicia a
partir de una relación sensible con las cosas. Pero por experiencia entendemos también
la comprensión de esas mismas cosas a través de nuestra reflexión sobre lo que
se nos presenta.
El concepto de estética procede del griego aisthetiké,
que significa lo propio de los sentidos, es decir, lo referente a la sensación.
Experiencia estética significaría, pues, lo mismo que
experiencia: el conocimiento que resulta del contacto con los objetos a través
de la sensación.
Pero hoy el concepto de estética se entiende de un
modo más restringido, como la ciencia que trata de la belleza y de la teoría
del arte, por lo que la experiencia estética expresa la relación del ser humano
con las creaciones artísticas y, en general, con todo lo relacionado con la
belleza.
Esta relación se entiende, ante todo, como una
relación contemplativa que genera algún tipo de emoción. Y, a su vez, la
emoción estética es una emoción desinteresada producida por los valores
estéticos, entre los cuales se destaca la belleza.
Los valores estéticos están incorporados a la obra de
arte y sólo se pueden captar a través de ella. Por eso, la experiencia estética
es siempre una experiencia que tiene que ver con la sensación porque requiere
la presencia del objeto que la provoca; pero supone también una manera
específica de contemplar el objeto sólo por él mismo, sin ningún otro tipo de
interés.
Por otra parte, el objeto de experiencia estética sólo
llega a ser tal cuando lo contemplamos de un modo especial, como algo más
interesante de lo que simplemente es como objeto real. Un cuadro es un trozo de
lienzo sujeto a unas varillas de madera, embadurnado de pintura y colgado de
una pared. Y eso es lo que podemos ver en él cuando le limpiamos el polvo. Pero
estéticamente el cuadro no es eso. Cuando lo contemplamos como obra de arte,
vemos algo muy distinto en él.
Lo mismo sucede al contemplar la belleza de la
naturaleza. Para que la naturaleza pueda ser objeto de contemplación estética,
tenemos que transformarla en espectáculo. En ese momento no se la considera
desde el punto de vista práctico, o como algo que se vaya a utilizar. Al observar
un “paisaje” no pensamos nunca en un terreno en el que se pueden sembrar
patatas o construir pisos. En el primer caso hablamos de un “huerto”, y en el
segundo, de un “solar”.
RESPONDER:
a)
¿A través de qué y cómo entramos en contacto con el
mundo que nos rodea?
b) Define
y relaciona los siguientes conceptos: experiencia estética, valores estéticos y
objetos de experiencia estética.
3) Reflexión estética.
Aunque la palabra estética se utilizó por primera vez
en un sentido parecido al de hoy, como reflexión sobre los problemas del arte y
la belleza, en el siglo XVIII con A. Baumgarten (1716-1762), ya desde los
comienzos de la cultura occidental –que suelen situarse en el mundo griego-
existió una reflexión sobre la belleza y la creación artística tanto plástica
como literaria.
La estética, también conocida como filosofía del arte,
aunque no sean exactamente sinónimos, es una parte de la filosofía que se ocupa
de problemas como los siguientes:
-
La
cuestión de qué es lo bello o la belleza.
-
La
relación entre naturaleza y arte o, en un sentido más amplio, entre arte y
realidad.
-
La
distinción entre objetos estéticos y objetos no estéticos.
-
El
modo de valorar una obra de arte.
3.1) El concepto de belleza: objetivismo frente a
subjetivismo.
El primer tema que analiza cualquier teoría estética
es el de la belleza, o lo que viene a ser lo mismo, el valor estético de una
obra u objeto. ¿Qué es lo que hace estético un objeto? ¿En qué consiste la
belleza?
A lo largo de la historia, los filósofos han tratado
de responder a estas preguntas desde dos supuestos bien distintos: el
objetivismo y el subjetivismo.
3.1.1) La belleza es objetiva.
Los primeros en adoptar este punto de vista fueron los
filósofos pitagóricos (siglo VI a.C), que no hablan propiamente de belleza sino
de armonía. Para ellos, la belleza es una unidad de elementos organizados con
cierta proporción. Esta proporción la entienden de modo matemático, como una estructura
armónica que se capta con la vista o con el oído.
Aunque, para los pitagóricos, la armonía tiene que ver
especialmente con la música, pronto entre los griegos se aplica este concepto
de artes plásticas, escultura y arquitectura, sobre todo. Surgen así los
cánones de belleza del arte griego: entienden que la belleza es calculable
matemáticamente, por estar sometida a reglas que representan o expresan una ley
universal. Se trata de un concepto de belleza racional, perceptible e
inteligible.
Además, los griegos consideran que la belleza es una
propiedad de las cosas y que está relacionada con la bondad de las mismas. Lo
bello es bueno y lo bueno es bello. La naturaleza es el modelo de belleza que
el arte representa.
3.1.2) La belleza es subjetiva.
A partir del siglo XVIII, se empieza a tener en cuenta
el punto de vista del sujeto que contempla la belleza. Se atiende cada vez más
a la capacidad que tiene el hombre de emocionarse ante a belleza.
Surge así el concepto subjetivo de belleza, que va
adquiriendo importancia a la vez que rechaza la idea de la belleza como simple
armonía matemática. Se piensa que es la fantasía, como capacidad de combinar
imágenes, la que hace posible la emoción y la creación estética. La
contemplación de la belleza produce placer en el sujeto, precisamente porque la
belleza depende de la relación entre sujeto que contempla y el objeto.
En el arte se empieza a dar más importancia a la
creación imaginativa que a la puramente imitativa, y a valorar obras que no
representan de modo exacto la naturaleza.
Para los filósofos empiristas, por ejemplo, la belleza
es considerada como algo puramente subjetivo. Se entiende que lo bello depende
del sentimiento o del gusto del que contempla la obra.
En la actualidad, el concepto de belleza sigue siendo
un concepto muy complejo, aunque predominan las teorías que remarcan su
carácter subjetivo.
LEEMOS EL SIGUIENTE TEXTO:
Si examinamos todas las hipótesis
aducidas tanto por la filosofía como por el sentido común para explicar la
diferencia entre belleza y fealdad, encontraremos que todas ellas se reducen a
que la belleza consiste en un orden y disposición de las partes tal que, sea
por la originaria constitución de nuestra naturaleza, por costumbre o por
capricho, es apropiada para producir en el alma placer y satisfacción.
Éste es el carácter distintivo de
la belleza y lo que la hace absolutamente distinta a la fealdad, cuya tendencia
natural es la de producir disgusto. Placer y daño no son, pues, solamente los
acompañantes necesarios de la belleza y la fealdad, sino que constituyen su
esencia misma.
Hume.
Tratado de la naturaleza humana.
3.2) La realidad y el arte.
La teoría estética se ocupa también de la relación de
la obra de arte con la realidad.
A lo largo de la historia de la estética, unas veces
se admite que el arte tiene que reflejar la realidad y otras que esto no es
necesario. Entre los griegos, el arte se entendía como imitación (mímesis) de
la realidad natural y también como expresión de los sentimientos humanos. Pero
tenían claro que el arte imita la realidad sirviéndose de ficciones, creando
imágenes de cosas y no cosas reales. Es decir, la verdad que se manifiesta en
una obra de arte es solamente una ilusión de verdad.
Con el tiempo, la idea de que el arte debe responder a
la verdad, será sustituida por la idea de que en él debe predominar la belleza.
El arte empezará a adquirir autonomía por sí mismo, independientemente de su
relación con la realidad.
Así las teorías formalistas prescinden del contenido y
del significado en el arte, que ya no representa nada y en el que sólo cuenta
la forma. El arte se convierte, así, en creación pura.
En la actualidad conviven ambas tendencias:
encontramos tendencias realistas, como el arte pop, y otras, como es el caso
del arte abstracto, que prescinde de elementos figurativos para concentrar su
fuerza expresiva en formas y colores sin relación con la realidad visual.
3.3) La estructura de la obra de arte: relación forma
contenido.
En toda obra de arte, tanto plástica como musical o
literaria, se distingue entre su contenido y su forma. El contenido es el tema
del que trata y que expresa la obra. La forma es la organización que el artista
hace de las partes de la obra y la manera como combina los elementos que la
integran. A través de la forma se expresa la creatividad del artista y se
constituye la obra la obra como única y singular. El contenido de la obra de
arte se expresa siempre a través de una forma.
La relación entre contenido y forma ha sido entendida
de muy distinta manera por las teorías estéticas. Unas consideran que la forma
está estrechamente vinculadas al contenido y otras la consideran independiente.
Para los griegos, cada cosa tenía una forma adecuada a
lo que es, por lo que el aspecto de cada objeto es el más apropiado para
representarlo. En consecuencia, en el arte clásico, las formas tienen que
seguir ciertos cánones. No obstante, el artista tenía la suficiente libertad de
interpretarlos.
En la Edad Media, como el arte está vinculado a la
religión, su tema lo determina el teólogo, pero la forma es asunto del artista.
En el Renacimiento se aspira a lograr obras perfectas
desde el punto de vista formal. El hombre es el modelo del arte. Toda obra de
arte, incluso las arquitectónicas, deben estar en correspondencia con las
proporciones del hombre.
En la época moderna se rechaza la idea del arte regido
por cánones y, aunque se sigue distinguiendo entre contenido y forma, se
considera la forma lo esencial del arte.
En el siglo XX, la teoría formalista del arte sostiene
que sólo la forma determina el valor estético de la obra, sobre todo en las
artes visuales y musicales. También se tiene en cuenta el condicionamiento de
las leyes figurativas de la propia percepción.
LECTURAS:
¿Por qué nos dedicamos al complejo
ejercicio visual de descubrir formas en las obras de arte? Porque somos
sensibles a la forma, porque las formas nos producen placer. ¿Y por qué el arte
no es un caos de formas placenteras, sino un conjunto organizados de formas?
Porque nuestra sensibilidad visual está pautada: reaccionamos, por ejemplo, a
ciertas formas, y no sólo reaccionamos a ciertas formas, sino que transitamos
de una a otras de acuerdo a leyes que en gran medida nos son desconocidas. Pero
esas leyes subyacen a los cambios de estilos y al gusto estético: son las que
ahorman, desde dentro, la creación y percepción del arte.
Delgado-Gal,
La esencia del arte.
El arte: imitación y creación.
La relación entre la obra de arte
y la realidad ha ido cobrando distintas formas a lo largo de la historia. Desde
la antigüedad y durante muchos siglos, el arte fue concebido como una imitación
de la realidad natural o humana. Así, el valor estético de la obra artística
depende de su grado de aproximación a la realidad, de su “parecido” con esta.
Con el tiempo, surge otro modo de
concebir la relación arte-realidad. Más que recreación de la realidad, el arte
deviene creación, es decir, la manifestación de la libertad del artista, la
expresión de sus sentimientos, emociones o ideas.
Ambas
tendencias coexisten en el arte contemporáneo, donde se entremezclan
movimientos realistas con vanguardias vinculadas al arte abstracto.
RESPONDER:
1)
Definir los siguientes conceptos, utilizando los
textos trabajados: arte, obra de arte, experiencia estética, armonía, fantasía,
forma.
2)
¿cuándo se puede afirmar que cierto producto bello es
una obra de arte?
3)
¿en qué consiste la experiencia estética?
4)
Resume las distintas maneras de entender la realidad
entre el arte y la realidad que supone la “mímesis” y el “formalismo”.
5)
Explica la diferencia que hay entre el contenido y la
forma en la obra de arte.
6)
En el texto de Hume ¿cuáles son los aspectos
subjetivos de la belleza que nombra el autor? ¿qué distingue la belleza de la
fealdad?
7) En el
texto de Delgado-Gal, ¿qué significado tiene en el texto el término forma?
DISTINTAS FORMAS DE LA EXPRESIÓN ARTÍSTICA.
Las bellas artes pueden clasificarse de acuerdo con
distintos criterios, lo que origina diferentes tipos de clasificación. Con
frecuencia y tradicionalmente se clasifican atendiendo al medio por el que son
captados los objetos. Así podemos hablar de artes visuales, auditivas y artes
que combinan estos dos medios de manera diferente, como, por ejemplo, la danza
y el cine.
4) Artes visuales: literatura y artes plásticas.
Se consideran artes visuales todas las artes que son
conocidas a través de la vista, aunque algunas de ellas puedan serlo también a
través del tacto. Entre éstas últimas se encuentran las artes plásticas:
pintura, escultura y arquitectura.
La literatura también suele considerarse un arte
visual, aunque un poema recitado requiere el oído y una obra de teatro requiere
la vista y el oído. En realidad, en literatura –en cualquiera de sus formas-,
lo que cuenta no es tanto el sonido o la imagen gráfica de las palabras como su
significado y sonoridad. Esto vale para todos los géneros literarios, ya que
todos utilizan el lenguaje verbal.
Las artes plásticas son artes del espacio y pueden
producir con más fidelidad que una descripción literaria los objetos
espaciales. Pero, por ser artes del espacio, estáticas, no pueden representar
los cambios en el tiempo, cosa que sí pude hacer una descripción literaria.
Además de las artes plásticas “mayores” –arquitectura,
escultura y pintura- hay otros tipos de artes plásticas que suelen considerarse
artes menores, como la cerámica o la fotografía. También tienen hoy día un
valor estético muchos objetos de consumo ordinario en cuyo diseño trabajan en
estrecha cooperación artística y técnicos haciendo compatible la utilidad y la
funcionalidad con los cánones estéticos.
LECTURA:
OTRA CLASIFICACIÓN DE LAS ARTES.
Aunque la clasificación de las
artes según el medio que utilizan es el criterio más corriente y fiable,
existen otros modos de clasificarlas, no exentos, eso sí, de dificultades.
Así, por ejemplo, solemos hablar
de artes representativas, como la pintura o la escultura, que representan
objetos del mundo, y artes no representativas, como la música, que, salvo
algunos casos de composiciones icónicas, como El mar de Debussy, no representan
ningún fenómeno u objeto real. Pero ese criterio plantea algunos problemas. Por
un lado, está el caso de la literatura, que sólo muy indirectamente puede
llamarse representativa. Por otra parte, no toda la pintura representa algo
exterior a ella. Es el caso de la pintura abstracta, cuyo carácter
representativo es más dudoso.
También
cabe distinguir entre artes ejecutivas y artes no ejecutivas. Las primeras
incluyen obras que necesitan ser ejecutadas para ser tales. Es el caso de la
música, el teatro y sus derivados (ópera, danza…). Las segundas engloban
aquellas obras que no necesitan ser ejecutadas o interpretadas, como la
pintura, la escultura, la arquitectura, la mayor parte de las obras literarias
o el cine. Todos los ejemplares del Quijote tienen el mismo calor literario, y
todas las copias de Casablanca, idéntico calor cinematográfico. Sin embargo, cada versión del Mesías de
Händel es distinta y posee diferente calor estético.
5) Artes auditivas: la música.
La música se dirige exclusivamente al oído, y está
relacionada necesariamente con el tiempo, pues consiste en la sucesión de
sonidos. Además, esta sucesión de sonidos requiere un orden determinado que no
puede variar.
Por ser necesariamente temporal, la música tiene una
característica que no se da en las demás artes. En ella se da siempre una
dualidad entre la obra tal como la concibe el compositor y tal como la realiza
el intérprete. Porque la música, para “realizarse” como obra de arte, necesita
ser interpretada, pues la obra –una sinfonía, un concierto o una canción, por
ejemplo- puede realizarse de modo diferente en cada una de sus
interpretaciones. Tiene así una multiplicidad de posibles realizaciones.
6) Artes audiovisuales.
Las artes audiovisuales, aunque vayan dirigidas tanto
al oído como a la vista, también pueden provocar sensaciones táctiles o
corporales. Se suelen considerar como tales: la danza, el teatro, la ópera, el
cine… Todas ellas combinan el espacio, el tiempo y el movimiento captados auditiva
y visualmente:
-La danza combina la música con la expresión corporal,
al servicio de sentimientos y relatos.
-El teatro y la ópera escenifican historia con su
correspondiente desarrollo temporal.
- El cine, al igual que el teatro, con otros medios
técnicos, reproduce tanto las relaciones espaciales entre las cosas como la
sucesión temporal de hechos.
RESPONDER:
a)
Definí en el contexto de las lecturas anteriores los
siguientes conceptos: artes visuales, artes plásticas, artes representativas,
artes ejecutivas.
b)
¿qué características crees que tiene las artes
plásticas? ¿y las artes audiovisuales?
c) ¿qué
diferencia hay entre las artes ejecutivas y las no ejecutivas? Poné un ejemplo.
SENTIDO Y FUNCIÓN DE LA OBRA DE ARTE.
En principio, la finalidad de las obras de arte que
realiza el ser humano no es la utilidad sino el goce estético. Pero el hombre
también está capacitado para realizar las obras de arte en las que proyecta
alguna finalidad que va más allá de la mera contemplación, añadiéndole un
sentido complementario.
Así a lo largo de toda su historia, probablemente
desde el momento mismo en que la cueva del paleolítico realiza las pinturas
rupestres, dota a las obras de arte de alguna finalidad distinta o añadida. Y,
del mismo modo, en su reflexión estética analiza la posible utilidad y el
sentido que tienen las obras de arte dentro del momento cultural en que se
realizan y, desde otra perspectiva, qué función cumple la obra de arte en la
sociedad.
7) El arte como representación de la realidad.
Probablemente, la primera función de la obra de arte
fue la de reproducir, representar, imitar la realidad. El concepto de mímesis
se utilizaba para expresar, en la danza, los sentimientos y las experiencias
humanas mediante los gestos, el sonido y las palabras del actor. Éste es el
significado originario de mímesis: imitación tanto de la naturaleza como de las
características, los rasgos y las acciones humanas.
Aristóteles formula claramente este modo de entender
el arte. Considera que todos los géneros literarios imitan la realidad, y lo
mismo dice de la música y de las artes plásticas. Pe ro destaca en este sentido
el teatro, en el que el actor representa acciones de hombres buenos, en la
tragedia, y de malos en la comedia.
Este concepto del arte como mímesis se mantuvo hasta
el s. XVIII. En la actualidad ha vuelto a tener importancia en el arte pop y en
la pintura hiperrealista.
El hiperrealismo es la corriente artística que
pretende conseguir la máxima aproximación a la realidad. Para conseguirlo, los
artistas recurren al constante empleo de material fotográfico, que les
proporciona la información relativa a aquella persona u objeto que desean
plasmar en su obra; por este motivo, esta corriente se conoce también como
Fotorrealismo.
8) Función pedagógica del arte.
En muchas ocasiones se ha considerado que el arte
tiene que cumplir una función pedagógica. Platón, por ejemplo, atribuye esta
función educativa a la música, a la que incluye en el currículum de estudios
que propone en su obra La República.
Para él, las formas musicales representan estados de
ánimo, caracteres e incluso valores morales. Y en cuanto a los instrumentos,
considera digno el uso de la lira y la cítara por ser adecuados para elevar el
ánimo, y no admite el de la flauta, porque considera que desencadena pasiones.
Durante la Edad Media, la pintura y la escultura
sirven de complemento a la arquitectura, que es fundamentalmente religiosa. Y
tanto en las fachadas como en los interiores de los templos, la decoración
cumple una función claramente didáctica representando de forma plástica y
simbólica pasaje de las Sagradas Escrituras. Para un pueblo iletrado es un buen
medio de instrucción.
RESPONDER:
a) ¿Qué
distintos significados tuvo la palabra mímesis a los largo de la historia?
b) ¿por
qué el concepto de mímesis recobró importancia en la actualidad?
c) ¿en
qué sentido habla Platón sobre la función pedagógica del arte?
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