FILOSOFÍA. PROF. PECORA. EL
PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO
PARA REFLEXIONAR
De paso
Decir espera es un crimen
Decir mañana es igual que matar
Ayer de nada nos sirve
Las cicatrices
No ayudan a andar
Sólo morir permanece
Como la más inmutable razón
Vivir es un accidente
Un ejercicio
De gozo y dolor
Qué no, qué no
Que el pensamiento no puede tomar asiento
Que el pensamiento es estar
Siempre de paso
De paso, de paso
De paso
Quien pone reglas al juego
Se engaña si dice que es jugador
Lo que le mueve es el miedo
De que se sepa
Que nunca jugó
La ciencia es una estrategia
Es una forma de atar la verdad
Que es algo más que materia
Pues el misterio
Se oculta detrás
Hay demasiados profetas
Profesionales de la libertad
Que hacen del aire bandera
Pretexto inútil
Para respirar
En una noche infinita
Que va meciendo a este gran ataúd
Donde olvidamos que el día
Sólo es un punto
Un punto de luz
LUEGO DE
LEER EL POEMA DE LUIS EDUARDO AUTE, RESPONDAN:
1. ¿Qué noción de tiempo nos presenta?
2. En relación a la noción de tiempo…
¿qué es el pensamiento para el autor?
3. Según el poema, ¿podemos llegar a la
verdad?
4. ¿Qué es la vida? ¿Podemos llegar a
la verdad en esta vida?
5. ¿Cuál es la tarea de vivir?
EL VALOR DEL
CONOCIMIENTO.
A través del
conocimiento le vamos dando significado al mundo en que vivimos. En cada época
se fueron develando aspectos del mundo y ocultándose otros. Podemos decir que
en la antigüedad la forma más alta del conocimiento era la sabiduría entendida
como un saber del mundo y un saber obrar. Consistía en la contemplación de un orden
cósmico armónico que la inteligencia buscaba reflejar. Entonces la teoría era
ver el mundo de un modo adecuado. Existía un punto de vista acertado sobra las
cosas concedido al que accedía la sabiduría. Implicaba alcanzar una visión de
la totalidad sin quedar atados a puntos de vistas parciales, porque la
parcialidad era un error, visión incompleta. El ideal era el sabio, el que sabía
ver y por eso podía obrar sensatamente. Él era el hombre virtuoso y sólo él podía
decir qué era prudente. El conocimiento tenía aquí un efecto liberador de las
ilusiones, de las falsas creencias, de la ignorancia. Por eso la vida del sabio
era la vida feliz.
En la
modernidad desaparece el ideal del sabio y es reemplazado por el del
investigador. Esto se debe a que el conocimiento deja de ser un punto de vista
acertado acerca de la realidad, deja de ser un saber esencial acerca del mundo.
Pasa a ser conocimiento científico y su fin es determinar las leyes según las
cuales funciona la naturaleza, para poder intervenir y producir las
modificaciones que fuesen necesarias. No olvidemos que se construyen sobre la
base de la ideología del progreso y del bienestar de la humanidad por el
conocimiento. Habrán escuchado afirmaciones tales como “conocer es poder”, o “el
conocimiento evita la manipulación”.
Hoy
asistimos a la transformación del conocimiento en información. Ya no se trata
de comprender el mundo ni de saber cómo funciona, sino más bien de ser
operativos. La nueva figura es el administrador de la información u operador y
su meta es la eficiencia. Se trata de saber disponer de la información,
organizarla y distribuirla con el fin de optimizar la acción. El juego de la
información consiste en saber acceder a un banco de datos para determinar qué y
cómo hacerlo, pues cuanto mejor se organicen, mejor resultará la acción que de
allí se derive. Por eso se habla hoy de un comportamiento económico del
conocimiento, al punto que se liga la producción de la riqueza con el control
de la información.
Como ven, el
conocimiento ocupa un lugar central en nuestra vida como individuos y como la
sociedad.
RESPONDAN:
1. Leemos en el texto distintos períodos,
¿dónde ubicarías el conocimiento basado en los textos sagrados (Biblia, Corán,
Talmud)?
2. ¿En qué período ubicarías las redes
sociales?
3. ¿Qué tipo de información obtenemos a
través de las redes sociales?
LEAMOS LA
SIGUIENTE NOTA DE LA REVISTA FORBES MÉXICO.
Qué piensan los filósofos sobre las redes sociales
Rubén Vázquez
https://www.forbes.com.mx/que-piensan-los-filosofos-sobre-las-redes-sociales/
Los
que andamos en el ajetreo de las redes sociales, por lo general realizamos
actividades que son muy pragmáticas. Es verdad que nuestra labor requiere de
mucha creatividad, pero también lo es que siempre está enfocada a lograr los
objetivos que el cliente persigue.
No obstante, el fenómeno de las redes sociales es
mucho más complejo que una simple plataforma digital para conectar a
individuos. En realidad, el hecho de que tantas personas estén hablando,
intercambiando ideas, debatiendo y pensando juntas tiene efectos concretos
sobre el mundo físico. Por ello no debemos olvidar que siempre es importante
mantener un proceso de reflexión sobre todas las actividades de la comunicación
digital y sus consecuencias en la sociedad que vivimos.
Por ello es importante conocer qué piensan los que
piensan sobre las redes sociales y el mundo digital. Las posturas se mueven de
un extremo a otro y son, incluso, contradictorias, pero, eso sí, muy
enriquecedoras.
Por ejemplo, para Manuel Castells,
uno de los sociólogos que más ha escrito sobre el tema digital y un referente
obligado en la academia al hablar sobre comunicación digital, las redes
sociales representan una oportunidad para el cambio social. Castells plantea que dichas plataformas pueden convertirse en una palanca del
cambio social, pues pueden lograr que lo que parece imposible pueda lograrse a
través de redes de comunicación y colaboración digitales.
Así, en su último libro Redes de
indignación y esperanza: los movimientos sociales en la era de Internet,
Castells ubica a la web como un poderoso aliado de aquellos que de alguna
manera se encuentran expuestos ante las redes de poder económico y político,
dotándolos de la fuerza suficiente para concebir y concretar acciones de cambio
social que fluyen desde el mundo digital hasta el mundo físico.
Caso opuesto es el de Noam Chomsky,
lingüista de formación y una de las figuras clave de la izquierda
estadounidense, pone en duda lo que Internet y las redes sociales han
construido en las sociedades contemporáneas. Chomsky explica que, de alguna manera, la red crea una sensación equivocada de
pertenencia y autonomía, pues al construir relaciones basadas en interacciones
digitales, sólo se construye una falsa idea de amistad, superficial y limitada.
Además considera que la neutralidad de la red está
puesta en duda, ya que empresas gigantescas como Google y Facebook recopilan
grandes cantidades de datos sobre los individuos, que después utilizarán como
parte de sus estrategias comerciales. Es tal la cantidad de información que
recopilan, opina Chomsky, que está más allá de lo que cualquier gobierno puede
recabar por sí mismo. Por ello la colaboración entre ambas entidades es común.
Zygmunt
Bauman, filósofo de origen polaco y uno de los principales
críticos de Internet y las redes sociales, ha señalado que el éxito de portales
como Facebook se debe al temor de estar solo y ser rechazado. Señala, además,
que Internet ha creado una doble vida, online y offline, cada una con sus propias características. En la vida online, la
capacidad de escuchar, negociar y cohabitar con otros seres humanos se ve
solucionada, pues no es necesario negociar, sino apretar botones.
Algo similar expresó Umberto Eco respecto a Internet, pues si bien considera que no se puede prescindir de él, sí crea una
sensación de acompañamiento falsa. Además considera que la memoria artificial
en línea puede crear muchas referencias falsas en la construcción del
conocimiento, sobre todo en las generaciones más jóvenes.
Anthony
Giddens tiene una visión menos
fatalista sobre la red. Giddens, quien en su momento fue el principal teórico
sobre la Tercera Vía (una política social que de alguna manera fusiona las
posturas socialistas y capitalistas) y que le valió convertirse en uno de los
asesores del ex primer ministro inglés Tony Blair, considera que Internet es en
realidad uno de los fenómenos más grandes de comunicación que ha concebido al
humanidad.
En ese sentido, la web reclama una responsabilidad
total y absoluta por parte de los usuarios, ya que prácticamente cualquier
individuo o Estado pueden vigilar a cualquier otra persona. Además señala que
gracias a este proceso de comunicación global, de alguna manera el pasado ya no
puede ser tomado como referencia para construir el futuro, pues los cambios se
suceden de manera intempestiva y con rapidez.
Al final, Pierre Levy,
filósofo de origen tunecino e investigador del ciberespacio, considera que la
red y todas sus plataformas de comunicación e interacción representan una forma
de incrementar la inteligencia y el conocimiento que tenemos sobre el mundo que
nos rodea. La inteligencia colectiva, explica Levy, es la suma de la participación y reflexión de personas que trabajan de
forma colaborativa sobre un tema específico. Impulsada por la aparición de
Internet, la inteligencia colectiva representa un salto gigantesco en la forma
de producir y compartir el conocimiento.
Sea cual sea la forma en la que veamos a Internet y
las redes sociales, siempre es importante reflexionar sobre nuestro trabajo y
los alcances que tiene. Comprender su impacto también parte de nuestra labor
como community managers, pues nos permitirá tener un mejor fundamento de lo que
hacemos y un mejor desempeño laboral. No todo es programar contenidos.
LUEGO
DE LEER LA NOTA.
1. Sintetiza las principales ideas de cada pensador.
2.
¿Con cuál o cuáles de
ellas estás de acuerdo? ¿por qué?
3.
¿Qué relación tenés
con las redes? ¿Cuáles usas?
4.
¿Te informás a través
de las redes?
5.
¿Qué papel jugaron
para vos las redes en época de pandemia?
QUÉ ES EL CONOCIMIENTO
La
gnoseología o teoría del conocimiento es la disciplina filosófica que
reflexiona acerca del conocimiento general. Se pregunta si es posible el
conocimiento, cuáles son los límites del conocimiento, cuáles son los límites
del conocimiento humano, cómo se relacionan experiencia y razón, cómo es posible
pasar del conocimiento de lo particular y concreto al concepto, que es
universal.
El
conocimiento es una actividad que siempre involucra a alguien (sujeto) que
conoce algo (objeto). El conocimiento es esa relación.
Se
ha planteado como problema en todas las épocas y en cada una se ha acentuado o
bien el papel del objeto, o bien el papel del sujeto que conoce; y se ha
interpretado el vínculo entre ambos de manera diferente.
En
la interpretación tradicional, el conocimiento es visto como una relación entre
un sujeto cognoscente y un objeto por conocer, en el cual el primero busca
aprehender el objeto. Pero en ese vínculo ambos están separados, se dice que
son trascendentes uno respecto del otro. El objeto no se modifica en el acto de
conocimiento, en cambio el sujeto sí, dado que incorpora las características del
objeto.
En
la interpretación moderna se acentúa el protagonismo del sujeto. El
conocimiento se propone como una composición entre las estructuras cognoscitivas
del sujeto y lo que aporta el objeto. O bien se lo plantea como una relación
dialéctica en la que ambos se implican mutuamente, ya que a medida que se
transforma el punto de vista del sujeto se transforma lo que el objeto muestra
y por lo tanto la comprensión de éste.
En
nuestra época, una de las posiciones más importantes acerca del conocimiento es
la fenomenología.
El
conocimiento es considerado como un fenómeno que se manifiesta en la
experiencia. Se trata entonces de describir el fenómeno del conocimiento,
buscando identificar los elementos que lo componen.
Hemos
mencionado las posiciones generales en torno del conocimiento, y antes de
conocer el desarrollo de esta cuestión a lo largo de la historia de la filosofía.
POSTURAS
ANTE EL CONOCIMIENTO
ESCEPTICISMO
La
palabra escepticismo proviene del verbo griego esképtomai, que significa
vigilar, examinar cuidadosamente, no confiar en las aparentes certezas, dudar,
no afirmar nada precipitadamente.
En
la historia del pensamiento occidental aparece con Pirrón de Elis quien, según
se cuanta, acompañó a Alejandro Magno en su conquista de Oriente (334-323 a.C).
La
confrontación con los valores culturales de esos pueblos influyó tanto su
manera de comprender la realidad, como la experiencia de observar la rapidez
con que se podía destruir todo lo que hasta entonces había sido considerado
indestructible.
De
regreso a Elis, no fundó una escuela propiamente dicha, pero tuvo admiradores y
seguidores que recogieron del maestro, sobre todo un modelo de vida. Pirrón no
dejó nada escrito, pero, a través de sus discípulos, se sabe que consideraba
que las cosas del mundo son inestables y que los sentidos y la razón no son
capaces de alcanzar la verdad. La única actitud correcta que el hombre puede
asumir es permanecer sin opinión, porque toda opinión ya es un juicio y no se
puede afirmar ni negar nada con absoluta certeza.
Con
Sexto Empírico, médico y filósofo griego de principios del siglo III d.C
aparece la forma más radical del escepticismo: “Siempre que buscamos si el
objeto es tal como nos aparece, concedemos que aparece. No ponemos en duda el
fenómeno mismo. Así la miel nos parece dulce; lo admitimos porque tenemos la
sensación de dulzor. No investigamos si la miel es dulce por esencia, porque
esto no es un fenómeno sino un juicio sobre el sobre el fenómeno.”
Los
escépticos no declaran la imposibilidad de alcanzar algún conocimiento verdadero
porque ése sería un juicio afirmativo. Suspender el juicio es saber que toda
supuesta verdad es sólo provisional, y que depende de las apariencias
circunstanciales.
No
olvidemos que una postura escéptica frente al conocimiento influirá en la
actitud que un sujeto o una sociedad tenga ante la vida. En este sentido, el
escepticismo tiene que ver con el descreimiento en las instituciones, la falta
de confianza en un proyecto político, en la validez de los principios éticos
incontrovertibles o en la posibilidad salvífica de un fundamento religioso.
RELATIVISMO
El
relativismo es la postura que considera que no podemos conocer nada de manera
absoluta: todas las llamadas verdades, todos los juicios emitidos, son
relativas a los sujetos, a la época, a las circunstancias, a la cultura.
En
la filosofía occidental, el relativismo tiene su primera expresión importante en
Protágoras (s. V a.C) contemporáneo de Sócrates y amigo personal de Pericles,
quien se llamó a sí mismo sofista. Según Platón, Protágoras afirmaba: “Yo digo
que el hombre es la medida de lo que es y de lo que no es; que hay una inmensa
diferencia entre un individuo y otro, precisamente porque para uno son y
parecen ciertas cosas, para el otro otras (…)”.
Para
el relativismo no hay verdades reconocidas por todos y esto determina, en el
plano de la acción, la falta de criterios firmes para evaluar y elegir.
DOGMATISMO.
Con
el tiempo, la palabra dogma fue variando su significación. Un dogma era, en
principio, una opinión tenida como cierta. Hacía referencia a los juicios
considerados verdaderos y sobre los que se podía construir una doctrina.
Posteriormente,
la palabra dogma adquirió el carácter de verdad inamovible e incuestionable que
se acepta, o bien como obvia o bien como principio de autoridad. En este último
sentido, podemos hablar de una posición dogmática no sólo respecto de
cuestiones religiosas sino también de cuestiones políticas o científicas.
En
el interior de la actitud dogmática hay una resistencia al cambio que se
manifiesta como tendencia a la repetición. Se sobrevalora el criterio de
autoridad de la tradición como pauta de discernimiento entre los verdadero y
los falso; se apela al papel legitimador de las costumbres y en especial de las
buenas costumbres, sin cuestionar sus presupuestos.
Cuando
en la reflexión acerca del conocimiento usamos la palabra dogmatismo nos
referimos a la actitud de confianza en las verdades sostenidas, las cuales
sirven de fundamento a un sistema de pensamiento, sin pasar por un examen crítico.
CRÍTICA.
El
conocimiento requiere siempre una crítica, porque las cosas no suelen ser como
parecen o como creíamos que eran. Consideramos como tal a la posición reflexiva
que examina y evalúa el conocimiento. Se diferencia de la actitud natural o
espontánea que todo lo da por obvio, el dogmatismo que, como vimos, considera
ciertas afirmaciones como incuestionables y del escepticismo radical desde dónde
ningún conocimiento es posible.
Comparte
este último el ejercicio de la duda, el examen atento, pero con un fin
diferente. Éste es el de lograr un conocimiento racionalmente fundamentado.
Sabemos
que en el conocimiento siempre se ponen en juego prejuicios, ideologías y
saberes previos, que si no se consideran dirigen el rumbo de lo que queremos
saber.
La
postura crítica implica, en un primer momento saber acerca de todas las
determinaciones que nos afecta cuando queremos conocer. No se trata de creer
que con esto lograremos eliminarla defectivamente, pero sí podemos manejarla. En
un segundo momento, esta puesta en cuestión de los conocimientos desde una
posición crítica nos conduce a la búsqueda de los fundamentos racionales que
den cuenta de la verdad o falsedad de lo afirmado.
PARA
REFLEXIONAR
1. ¿Cuál de estas posturas te llama más la atención?
2.
¿Con cuál te sentís más
identificado y por qué?
3.
¿Qué manifestaciones del
escepticismo y del dogmatismo identicás en tu entorno y en tu escuela?
4.
¿Cuáles son los
riesgos de las posiciones escépticas a ultranza y cuáles los de las posiciones
exageradamente dogmáticas?
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